Panoramas adversos

“Desconfío de la incomunicabilidad; es la fuente de toda violencia”, Jean Paul Sartre

ARRIEROS SOMOS

El Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP) ha dado un paso decisivo al lanzar la convocatoria para elegir a la nueva persona que encabezará la Fiscalía General del Estado (FGE), después de la renuncia de la fiscal Sara Bruna Quiñónez Estrada.

Este proceso, que se inició la mañana de este lunes a través de la red social Facebook, tiene una importancia crítica para el futuro del sistema de justicia en Sinaloa, especialmente en un momento donde las instituciones enfrentan un escrutinio intenso.

La renuncia de Quiñónez Estrada, presentada el pasado viernes y aceptada por los diputados del Congreso del Estado en una sesión extraordinaria el sábado, marca un punto de inflexión en la gestión de la FGE.

Las inconsistencias señaladas por la Fiscalía General de la República (FGR) en la investigación del asesinato de Cuen Ojeda son el epicentro de esta dimisión, sugiriendo fallas significativas en los procedimientos de la Fiscalía Estatal bajo su mando.

Este hecho no solo ha desencadenado la búsqueda de un nuevo fiscal, sino que también subraya la necesidad de evaluar y corregir las deficiencias estructurales dentro de la institución.

La convocatoria publicada por el CESP establece criterios estrictos para los aspirantes, entre los que destacan ser ciudadano mexicano, tener al menos 35 años cumplidos al momento de su designación y contar con un mínimo de 10 años con el título profesional de licenciado en derecho.

Estos requisitos son esenciales para garantizar que el nuevo fiscal tenga la experiencia y la capacidad necesarias para enfrentar los desafíos inherentes al cargo, especialmente en un entorno donde la credibilidad y la eficiencia de la Fiscalía están bajo el foco público.

En el ámbito político y entre los comentarios de los analistas, han surgido tres nombres que podrían ocupar este cargo: Gloria Imelda Félix Niebla, Claudia Zulema Sánchez Kondo y Oscar González Mendívil.

Cada uno de estos posibles candidatos trae consigo un perfil distinto y una experiencia relevante que los posiciona como fuertes contendientes para asumir la responsabilidad de dirigir la FGE.

Gloria Imelda Félix Niebla es una figura conocida en el ámbito político estatal, con una trayectoria que podría aportar una visión robusta y bien informada en la lucha contra la delincuencia y la corrupción.

Claudia Zulema Sánchez Kondo, por su parte, ha destacado en su labor dentro del sistema judicial, lo que podría traducirse en un enfoque técnico y eficiente en la gestión de la Fiscalía.

Oscar González Mendívil, reconocido por su trayectoria en el sector legal, podría ofrecer una perspectiva renovada y un compromiso sólido con la legalidad y los derechos humanos.

Sin embargo, más allá de los requisitos formales y los nombres propuestos, la elección del nuevo fiscal general debe ir acompañada de una reflexión profunda sobre las cualidades necesarias para liderar la FGE en estos tiempos complejos.

La persona seleccionada no solo deberá tener un conocimiento profundo del derecho, sino también una firmeza ética y un compromiso claro con la justicia y la transparencia.

La confianza del público en las instituciones de justicia depende en gran medida de la capacidad del próximo fiscal para llevar a cabo investigaciones imparciales y efectivas, algo que, a la luz de los recientes acontecimientos, será clave para restaurar la fe en la FGE.

Este proceso de selección, que ahora se encuentra en sus primeras etapas, será seguido de cerca por la sociedad sinaloense, los medios de comunicación y los actores políticos.

La transparencia en la elección y la idoneidad del candidato o candidata elegido serán determinantes para el futuro de la Fiscalía y, por ende, para la seguridad y la justicia en el estado.

El CESP y el Congreso del Estado tienen la responsabilidad de asegurar que este proceso no solo cumpla con los requisitos legales, sino que también responda a las expectativas de una ciudadanía que demanda justicia y eficacia en la administración pública.

EL RELEVO

La inminente salida de Enrique Inzunza Cázarez como secretario general de Gobierno para asumir su cargo como senador de la República ha desatado una serie de especulaciones y maniobras políticas que reflejan el complejo entramado del poder en Sinaloa.

El gobernador Rubén Rocha Moya, consciente de la importancia estratégica de este nombramiento, ha comenzado a perfilar a los posibles sucesores, mencionando a figuras como Feliciano Castro Meléndrez, así como a otros diputados y presidentes municipales salientes.

En esta coyuntura, es evidente que Rocha Moya busca mantener un equilibrio político que le permita continuar con su agenda de gobierno sin sobresaltos.

La mención de Feliciano Castro, un hombre fuerte dentro de Morena y actual presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, no es casualidad.

Castro Meléndrez representa una opción que podría garantizarle al gobernador un aliado leal en un puesto clave, asegurando una continuidad en las políticas y decisiones fundamentales para la administración estatal.

Sin embargo, la referencia a otros posibles candidatos, incluyendo a presidentes municipales que están a punto de concluir su mandato, abre la puerta a un juego político más amplio.

Entre estos nombres, destaca el de Édgar González, alcalde de Mazatlán, quien ha demostrado capacidad de gestión al tomar las riendas del gobierno municipal tras la salida de Luis Guillermo Benítez Torres.

Con dos décadas de experiencia en el servicio público, y habiendo trabajado en otros gobiernos para la misma Secretaría General de Gobierno, González emerge como una opción con la experiencia y el perfil necesarios para el cargo.

Rocha Moya ha manejado con cautela esta transición, adelantando que mientras se define el nombramiento definitivo, alguien de su equipo, posiblemente Rodolfo Jiménez, suplirá temporalmente a Inzunza Cázarez.

Esta medida transitoria parece diseñada para ganar tiempo, permitiendo al gobernador evaluar las reacciones políticas y sopesar las implicaciones de su decisión final.

Lo que queda claro es que la elección del nuevo secretario general de Gobierno no será un mero trámite administrativo.

El perfil seleccionado no solo deberá tener las competencias técnicas para gestionar una de las dependencias más importantes del gobierno estatal, sino que también deberá ser capaz de navegar las aguas turbulentas de la política local, garantizando estabilidad y apoyando la gobernabilidad en los meses que restan de la administración.

Este proceso, por tanto, no solo es un reflejo de las dinámicas internas del gobierno de Rocha Moya, sino también una ventana al futuro político de Sinaloa.

La decisión que tome el gobernador enviará señales claras sobre la dirección en la que pretende llevar su gobierno en esta última fase, y sobre los aliados que considera más estratégicos para alcanzar sus objetivos.

Pero insisto, en el análisis claro, profundo, objetivo y conciso, con la declaración del gobernador no vemos más que dos candidatos desde el Congreso y de las presidencias municipales que están por concluir.

Ya veremos que sucede primero.

REACOMODO

El reciente reacomodo en el gabinete del gobernador Rubén Rocha Moya, enmarcado en el inicio del segundo trienio de su administración, ofrece una oportunidad para evaluar la dirección que tomará el gobierno estatal en los próximos años.

La toma de protesta de nuevos funcionarios esta mañana ha sido presentada como una reestructura clave para fortalecer la gestión pública en áreas sensibles como la agricultura, la educación y el bienestar social.

Ismael Bello Esquivel, quien asume la Secretaría de Agricultura y Ganadería en lugar de Jaime Montes Salas, representa uno de los movimientos más significativos.

Con una trayectoria previa como Director General del Servicio de Administración Tributaria del Estado de Sinaloa (SATES), Bello Esquivel tiene ahora la tarea de liderar un sector estratégico en un estado donde la agricultura es un pilar económico.

Este cambio refleja la intención del gobernador de inyectar nueva energía en una dependencia que enfrenta retos constantes, desde la gestión de recursos hídricos hasta la modernización del campo.

La designación de José Carlos Cárdenas Mellado como nuevo titular del SATES, en sustitución de Bello Esquivel, sugiere una apuesta por la continuidad en la administración tributaria, un área crítica para el sostenimiento financiero del gobierno estatal. La experiencia de Cárdenas Mellado en temas fiscales será fundamental para asegurar que el SATES continúe su labor con eficiencia, en un contexto donde la recaudación y el manejo de recursos públicos son más importantes que nunca.

El nombramiento de Jaime Montes Salas como Secretario General de COBAES, por otro lado, parece una jugada que busca aprovechar su experiencia en la administración pública en un ámbito educativo que requiere de liderazgo para enfrentar desafíos como la calidad educativa y la expansión de oportunidades para los jóvenes sinaloenses.

Paulina Peña Payán, quien pasa de ser Directora Adjunta del Despacho de la Secretaría General de Gobierno a Subsecretaria de Planeación en la Secretaría de Educación Pública y Cultura, y Jesús Askanio Salomón Saiz, nuevo Subsecretario de Bienestar, representan la inclusión de figuras jóvenes con potencial para aportar nuevas ideas y enfoques.

Peña Payán tendrá la responsabilidad de influir en la planificación educativa, un área crucial para el desarrollo a largo plazo del estado, mientras que Askanio Salomón Saiz deberá trabajar para consolidar y expandir los programas de bienestar, una de las prioridades de la actual administración.

La designación de María Mercedes Ibarra Medina como Directora General del Sistema DIF Estatal y de Rubén Álvarez López como Subsecretario de Programación y Contratos en la Secretaría de Obras Públicas también destaca el enfoque del gobernador en fortalecer áreas que tocan directamente la vida de los ciudadanos.

Ibarra Medina, al frente del DIF, tiene la misión de mantener y ampliar los programas sociales dirigidos a los sectores más vulnerables, mientras que Álvarez López deberá asegurar que las obras públicas no solo se ejecuten con eficiencia, sino que también respondan a las verdaderas necesidades de la comunidad.

El exhorto de Rocha Moya a los nuevos funcionarios para que trabajen de la mano con los distintos sectores, priorizando un enfoque social y humano, resuena con su visión de gobierno. No obstante, la verdadera prueba de esta reestructura radicará en la capacidad de estos nuevos funcionarios para traducir esas directrices en políticas concretas que beneficien a la población. La renovación del gabinete, aunque necesaria, plantea la pregunta de si estos cambios son suficientes para enfrentar los desafíos que Sinaloa enfrenta en la segunda mitad del sexenio, o si representan más de lo mismo bajo una nueva apariencia.

Ya salieron los cambios, sólo falta definir a la Sectur. ¿El gobernador de Sinaloa ratificará a  Ricardo Velarde al frente de la Sectur o se tendrá un as bajo la manga

Tiempo al tiempo.

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Marco Antonio Lizárraga

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