“Así es -suspiró el coronel-. La vida es la cosa mejor que se ha inventado”, Gabriel García Márquez (1927-2014) Escritor colombiano.
AVANCE
El Partido Verde ha decidido no esperar los tiempos políticos y se mueve con estrategia, mientras otros están apenas despertando y acomodándose en este ente político las cosas van en serio.
El líder estatal Ricardo Madrid Pérez viene desde su asunción al puesto con la suma nuevos liderazgos y consolida su presencia territorial rumbo al 2027, mientras los demás partidos apenas comienzan a despertar.
En la política, quien llega primero impone la conversación. Y en Sinaloa, el Partido Verde parece haberlo entendido mejor que nadie. Mientras las demás fuerzas aún revisan sus fracturas internas y hacen cuentas de los daños electorales, el Verde ha decidido actuar.
No se trata de una carrera apresurada, sino de una estrategia calculada que busca construir desde el territorio hacia la posibilidad real de poder.
Madrid Pérez, dirigente estatal, ha tomado la delantera con movimientos que no pasan desapercibidos.
Su estilo es discreto, pero con dirección clara: sumar perfiles con respaldo ciudadano, más allá de los partidos y los viejos pactos.
La incorporación del excandidato a presidente municipal y exlíder sindical Domingo “Mingo” Vázquez en Ahome es el primer aviso de que el Verde juega en serio. Ese movimiento desplazó a la oposición tradicional y reposicionó a la organización en el norte del estado.
Ahora, con la llegada de Joel Ulises Pinzón Vázquez, síndico de Topolobampo por segundo periodo consecutivo, el proyecto se refuerza. Pinzón representa la fórmula que Madrid ha buscado replicar: juventud, compromiso comunitario y legitimidad social.
Su trayectoria en la recuperación de espacios públicos y su activismo ambiental lo convierten en un perfil que encaja en la narrativa de un partido que quiere dejar de ser complemento para convertirse en opción.
Pero el tablero no termina en el norte. En el sur, las señales apuntan hacia Mazatlán, donde el Verde ya observa con interés a liderazgos como Fernando Pucheta y Guillermo Romero, ambos con capital político suficiente para volver competitiva la contienda. Madrid entiende que la construcción de poder territorial se logra sumando causas, no estructuras vacías.
Más allá de los nombres, lo relevante es la lectura política: el Verde está ocupando el espacio que otros partidos han abandonado por cansancio o por soberbia. Lo hace en silencio, pero con método. Y si algo ha demostrado la historia política reciente, es que los proyectos que crecen desde abajo terminan sorprendiendo a quienes solo observan desde el centro.
El Partido Verde ha dejado de ser un acompañante electoral. En Sinaloa, comienza a perfilarse como un jugador que quiere conducir la partida. Y en ese tablero, los demás apenas empiezan a mover sus piezas.
CERO Y VAN TRES
Tres vinculaciones a proceso. El caso de Gerardo Vargas Landeros no solo reabre un expediente judicial: reactiva un debate más profundo sobre la forma en que se entiende el poder y la responsabilidad en la administración pública. La vinculación a proceso del exalcalde de Ahome y de ocho exfuncionarios municipales por presuntas irregularidades en un contrato millonario no debe verse como un episodio aislado, sino como un síntoma de un modelo político que aún no aprende a distinguir entre gobernar y administrar.
En Sinaloa, los gobiernos locales han operado durante años bajo la sombra de la discrecionalidad. Las decisiones se justifican con acuerdos de cabildo, licitaciones “de excepción” y contratos urgentes que terminan beneficiando a terceros.
El caso de la consultora contratada para recuperar impuestos es solo una muestra más de esa práctica donde lo público se vuelve terreno de interpretación y el procedimiento se convierte en un obstáculo que se busca esquivar.
La defensa de Vargas Landeros ha sido técnica: las cuentas fueron aprobadas, el servicio se prestó y el dinero se recuperó. Pero la justicia no solo se mide en números; también se mide en principios. Lo que se discute aquí no es si se logró el objetivo financiero, sino si se respetó el marco legal para alcanzarlo. En ese punto radica la diferencia entre la buena administración y el abuso del poder.
Lo paradójico del caso es que la denuncia proviene del propio sucesor del exalcalde, quien como regidor avaló la contratación ahora señalada.
La política local suele tener memoria corta y convicciones flexibles; lo que ayer fue respaldo, hoy se convierte en acusación. Y esa ambigüedad mina la credibilidad de todo el sistema político, no solo de los acusados.
Más allá del desenlace judicial, este proceso abre una oportunidad para la justicia y para la política. Si el caso avanza con objetividad y transparencia, marcará un precedente necesario en la rendición de cuentas.
Si se diluye entre tecnicismos y acomodos, solo confirmará que en Sinaloa la justicia sigue siendo selectiva y el poder, todavía impune.
Porque a veces los expedientes no solo guardan papeles: guardan la memoria de lo que una sociedad está dispuesta a tolerar.
ENCUENTRO
El encuentro entre la presidenta municipal de Mazatlán, Estrella Palacios Domínguez, y el exdiputado federal Jesús Valdés Palazuelos llamó la atención en los círculos políticos del sur de Sinaloa, no por su formalidad, sino precisamente por su carácter casual y reservado.
La reunión, celebrada en las oficinas del Ayuntamiento, fue descrita como un diálogo cordial entre dos figuras con amplia experiencia en la vida pública.
Aunque no se emitió un comunicado oficial ni se detallaron los temas abordados, ambos compartieron imágenes del encuentro en sus redes sociales, acompañadas únicamente de un mensaje institucional y sin alusiones políticas directas.
Jesús Valdés, quien en su momento fue dirigente estatal del PRI y actualmente milita en el Partido Verde Ecologista de México además haber sido candidato a senador por ese partido, ha mantenido presencia activa en diversos espacios de gestión y cercanía con proyectos afines al gobierno federal.
Por su parte, Estrella Palacios ha consolidado su liderazgo en Mazatlán al frente de una administración enfocada en temas de desarrollo turístico, obra pública y cercanía con la ciudadanía.
Más allá de las especulaciones que puedan surgir, el encuentro refleja la apertura al diálogo entre actores con trayectorias distintas, pero con coincidencias en la visión de desarrollo para la región.
El tiempo dirá.
APOYO
El programa “Saber Hacer” representa una de las estrategias más tangibles en la política social del Gobierno de Sinaloa. Más allá de los discursos y las cifras, su esencia radica en una idea simple pero poderosa: que la capacitación técnica puede convertirse en una herramienta real de movilidad económica y social.
La entrega de equipos de trabajo a más de un centenar de egresados del ICATSIN, encabezada por el gobernador Rubén Rocha Moya y el alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil, no solo reconoce el esfuerzo individual de quienes concluyeron su formación, sino que reafirma la necesidad de vincular el aprendizaje con la productividad.
Enseñar oficios como carpintería, herrería o electricidad no es un gesto asistencialista; es una apuesta por el desarrollo con base en la autosuficiencia.
En estos tiempos iniciativas como esta reivindican la importancia del trabajo manual y técnico como motor de economía local. Cada herramienta entregada es una oportunidad para emprender, pero también para recuperar el valor del oficio como forma de dignidad y sustento.
Lo destacable del modelo es su enfoque integral: combina capacitación práctica con orientación empresarial. Esto permite que los beneficiarios no solo aprendan a producir, sino también a administrar, vender y sostener su propio proyecto.
La capacitación sin seguimiento suele quedarse en estadística; acompañarla con herramientas y asesoría es lo que la convierte en política pública efectiva. Hay que pensar en lo macro, pero no se debe de olvidar que el sostén de lo local es lo micro y esos requieren atención inmediata.
ENCUENTRO
En la política municipal, los discursos sobre eficiencia suelen abundar, pero pocas veces se traducen en ejercicios reales de evaluación. La sesión de trabajo celebrada en Ahome para revisar la Guía Consultiva del Desempeño Municipal marca un paso importante hacia una práctica que debería ser constante: medir la gestión pública para corregir, no solo para justificar.
El alcalde Antonio Menéndez de Llano Bermúdez fue anfitrión de este encuentro que reunió a los ayuntamientos del norte de Sinaloa y a la Universidad Autónoma de Occidente, institución que ha asumido un papel fundamental en acompañar la profesionalización del servicio público. La presencia de municipios como El Fuerte, Choix, Guasave, Sinaloa de Leyva y Juan José Ríos no solo dio peso regional al evento, sino que evidenció que la transparencia también se construye compartiendo experiencias.
Más allá de los saludos protocolarios, el ejercicio adquiere relevancia por su trasfondo: fortalecer administraciones que operen con eficiencia y responsabilidad. En un contexto donde los gobiernos municipales suelen enfrentar presiones financieras, rotación de personal y limitaciones técnicas, contar con una herramienta de evaluación como esta permite pasar del discurso al diagnóstico.
Ya veremos que pasa.
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