¿Cuánto aguantará Melesio Cuén?

Por Juan Manuel Partida Valdez

Crece a pasos agigantados el número de sinaloenses sorprendidos ante un Héctor Melesio Cuén Ojeda que parece aguantar como si nada los ataques furiosos de su “amigo” el gobernador y de la cuarta transformación.

No se puede creer que el indiscutible líder moral del Partido Sinaloense ponga una y otra vez la otra mejilla, golpe tras golpe un día sí y los otros también.

O sus “amigos” no se atreven a recriminarle en directo el arrodillamiento que muestra, o Héctor Melesio tiene otros datos que le aconsejan evitar en lo posible que la liga se rompa.

Mientras el gobernador no lo despide y el secretario de salud no renuncia, la percepción pública es de una confrontación cada vez más despiadada entre el golpeador y el golpeado.

Como si cada uno compitiera contra el otro en el “yo no te corrí, tú renunciaste” o el “tú me corriste, yo no renuncié” para no aparecer como el que motivó formalmente el divorcio de este matrimonio político tan cuestionado desde la primera declaración mutua de amor “incondicional”.

A las continuas descalificaciones y denostaciones públicas de Rocha Moya contra Cuén Ojeda, con el “sí soy muy obvio” subrayado para no dejar ninguna duda, hay que sumar las renuncias de dos alcaldesas y dos diputados locales al PAS, más lo que se acumule.

No hay que ponerse al borde del derrame cerebral para entender que Rubén Rocha está a la cabeza de un gran plan para devastar a Héctor Melesio y al Partido Sinaloense.

Ya los usaron y ahora los quieren en la basura, porque son un estorbo para los intereses políticos del grupo encabezado por el jefe del ejecutivo estatal.

Rocha Moya y Morena continuarán comprando traidores de los diferentes partidos políticos, que por más pretextos que pongan a todos nos queda claro que se venden por dinero y/o por cobardía.

La pregunta inevitable es cuánto más aguantará Héctor Melesio Cuén.

En su balanza personal, la consideración obvia de que pierde menos sirviendo de sparring aguantando fregadazos, en lugar de renunciar y ponerse a también tirar golpes.

Suena a ingenuidad extrema pretender que los balazos políticos desaparecerán y que pronto regresarán a los abrazos.

Quizás no se dé cuenta de que incluso dentro del PAS son cada vez más los militantes y simpatizantes cansados y decepcionados.

Y siempre será mejor pelear con “piedras” que a puro puño limpio.

Partida
Juan Manuel Partida Valdez

Comparte