“La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada”, Séneca
ASPIRACIONES
En un país donde la justicia muchas veces parece inalcanzable para los más vulnerables, la figura de Delia Icela Quiroa Flores Valdez emerge como una esperanza real de transformación y cercanía en el Poder Judicial.
Su candidatura al cargo de jueza de Distrito no solo representa una propuesta técnica y bien fundamentada, sino también una apuesta por el acceso a la justicia con sensibilidad, enfoque social y compromiso ético.
Abogada y activista, con una sólida formación académica que incluye una licenciatura en Derecho y Juicios Orales, así como una maestría en Amparo y Derechos Humanos, Delia Icela ha hecho de la defensa de los derechos humanos una vocación de vida.
No es casual que su trayectoria esté marcada por un activismo genuino y comprometido con las causas más delicadas, como la protección de víctimas y el acompañamiento legal de personas en situación de vulnerabilidad.
Lo que distingue a Quiroa Flores Valdez de otras candidaturas es su visión profundamente humana de la impartición de justicia.
Para ella, el juzgador no puede ser un actor frío ni lejano. Su convicción de que los juzgados deben ser espacios de puertas abiertas, donde cada ciudadano pueda encontrar amparo frente a la arbitrariedad y el abuso de poder, habla de una perspectiva progresista y centrada en el servicio público.
No busca ser simplemente una operadora jurídica más, sino una interlocutora activa con la sociedad.
Sus propuestas son claras, viables y necesarias: facilitar el acceso de los ciudadanos a los expedientes de amparo, dotar a los juzgados de tecnología y personal capacitado para atender a quienes no cuentan con recursos, y priorizar los casos urgentes donde estén en juego la vida, la libertad o la dignidad humana.
Son medidas que, sin duda, dignificarían la justicia federal y la harían más eficiente, más humana y más justa.
En tiempos donde los tribunales enfrentan cuestionamientos por su lejanía con la sociedad y por procesos engorrosos y opacos, una figura como la de Delia Icela Quiroa nos recuerda que la función jurisdiccional también puede ejercerse con empatía, con convicción democrática y con verdadera vocación de servicio.
Su candidatura, respaldada por el Poder Ejecutivo Federal, representa un perfil que entiende el derecho no solo como norma, sino como instrumento de equidad, como escudo frente al abuso, y como camino hacia la paz social. En ella encontramos no solo preparación técnica, sino el ingrediente más importante para impartir justicia: humanidad.
RESPALDO
Cuando la naturaleza impone sus condiciones y la crisis por la sequía amenaza al campo y a las comunidades de Sinaloa, es en los momentos de emergencia donde se revela quién está dispuesto a actuar con sentido de responsabilidad.
Ricardo Madrid, diputado federal por el Partido Verde Ecologista de México, ha demostrado que entiende perfectamente la dimensión del reto y la necesidad de trabajar sin cortapisas políticas.
Su postura ha sido clara: la situación del agua en Sinaloa exige unidad, gestión eficaz y una voz firme que impulse la declaratoria de emergencia desde todas las trincheras posibles.
Por eso, ha salido a respaldar de manera decidida al gobernador Rubén Rocha Moya, no por conveniencia política, sino por convicción, porque hoy más que nunca, Sinaloa necesita soluciones, no confrontaciones.
Lejos de sumarse a discursos partidistas o a posturas que polarizan, Ricardo Madrid ha optado por tender puentes. Ha entablado comunicación directa con dependencias federales clave, como la Secretaría de Gobernación, para reforzar el llamado del gobierno estatal y lograr que la federación atienda con urgencia la crisis de sequía que golpea a la entidad. Este tipo de gestiones, muchas veces invisibles al ojo público, son las que hacen la diferencia entre la parálisis y el avance.
Su mensaje es contundente: “dejemos de lado los temas políticos y partidarios; hoy, el tema más importante es Sinaloa”.
Esta visión lo alinea con una forma de hacer política que prioriza el bien común, que responde a las necesidades de la gente y que entiende que la colaboración entre órdenes de gobierno es vital para enfrentar los desafíos más complejos.
Ricardo Madrid también reafirma con hechos el compromiso del Partido Verde con la agenda ambiental. En un contexto donde la crisis climática ya no es un tema del futuro, sino una urgencia del presente, su presencia activa en este tema lo posiciona como un actor relevante para construir soluciones sustentables y permanentes.
TRABAS
La reciente declaración del gobernador Rubén Rocha Moya sobre el retraso en el pago de los 750 pesos por tonelada de maíz a productores de Sinaloa, refleja una problemática recurrente en el sector agropecuario: la burocracia como obstáculo para la justicia económica.
Que los procesos entre Segalmex y SADER sigan entorpeciendo la liberación de recursos, es un golpe directo al sustento de miles de familias sinaloenses que viven del campo.
El compromiso inicial era claro: los pagos debían llegar entre el 15 y 16 de abril. Hoy, más de mil 500 productores siguen esperando, mientras los gastos del ciclo agrícola no se detienen.
Se requieren 400 millones de pesos para saldar lo pendiente, pero más allá de las cifras, está la urgencia humana y productiva de quienes ya cumplieron con su parte y ahora enfrentan la incertidumbre.
Es positivo que el secretario estatal de Agricultura, Ismael Bello Esquivel, se encuentre gestionando personalmente en la Ciudad de México, pero esta situación debería servir como llamada de atención para reformar los mecanismos administrativos que, en lugar de agilizar, ralentizan apoyos cruciales.
Sinaloa es líder nacional en producción de maíz; por tanto, sus productores merecen no solo respeto, sino eficiencia en los compromisos institucionales.
El campo no puede seguir siendo rehén de trámites mal diseñados.
A CONCIENCIA
La recomendación de la titular de la SEPyC, Gloria Himelda Félix Niebla, de evitar la comida chatarra este Día del Niño en las escuelas de Sinaloa, refleja una visión preventiva y responsable.
En lugar de normalizar el consumo excesivo de azúcares y productos ultraprocesados, se hace un llamado a celebrar de forma más consciente, alineados con el programa federal “Vida Saludable” que prohíbe su venta en planteles educativos desde marzo.
No se trata de eliminar la celebración ni de imponer restricciones arbitrarias, sino de promover alternativas que, sin quitar la alegría del festejo, contribuyan a la formación de hábitos más sanos.
Chocolates con mayor porcentaje de cacao, frutas, cacahuates o comidas calientes con valor nutricional son ejemplos que pueden sustituir los excesos de azúcares sin dejar de ser atractivos para los niños.
Este cambio alimenticio en las escuelas no será inmediato, como bien reconoce la secretaria, pero el primer paso es generar conciencia entre directivos, docentes y padres de familia.
El bienestar de la niñez no solo se construye con educación académica, también con decisiones cotidianas que promuevan su salud física y emocional.
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