Sí… ya es tiempo; pero de pensar en elecciones primarias organizadas profesionalmente por un órgano imparcial y objetivo… Exacto: así como el INE.
El señalamiento va dirigido, como lo será en adelante cualquier trabajo publicado por el suscrito, a ese otro gran sector de la población, a esa otra gran mitad de ciudadanos que sí desean un país en paz y con reglas claras para la conviviencia cotidiana entre sus ciudadanos.
Así como he reconvenido hacer alusión alguna al individuo que infaustamente ocupa la Presidencia de México en estos momentos… porque sólo sirve para hacerle una propaganda que no se merece.
Precisamente emulando su propio estilo de dirigirse por las mañanas -sólo- a su público consumidor… como si no hubiésemos mexicanos inconformes… como si no existiésemos los demás; esa otra gran mitad (y quizá más de la mitad de la población), a la que no es fácil conformar con un “apoyito quincenal”, mucho menos con un plato de lentejas.
En lo sucesivo entonces, este espacio se dirigirá estrictamente al sector poblacional que quiere que las cosas cambien de una vez por todas en este país; que merece profesionales al servicio y al frente del Estado mexicano.
Construyamos ya una Alianza Opositora que dignifique el trabajo legislativo, aun cuando las proyecciones no alcancen para ganar la Presidencia de la República. Vayamos con realismo al encuentro con la adversidad mañosa y marrullera, para “empezarla a aflojar” y llegar más pronto al objetivo neurálgico que nos ocupa, que debe ser, mandarlos “a la banca unos 18 años” a madurar como es debido, a prepararse, a generar cuadros profesionales, responsables.
Orillando a jubilarse ya a los exgobernadores priístas que no tienen “llenadera” ni escrúpulos en los estados, que siguen medrando de las viejas y prostituídas estructuras que quedaron del viejo PRI, del PAN y del PRD, ofreciéndolas (y cobrándolas como si fueran propias) al nuevo partido que aspira a ser hegemónico y sempiterno; la nueva institución que ha asimilado muy rápido la lección de tiranía de su mentor tricolor y que “ganó el sorteo sin comprar cachito siquiera”.
Y que aún sorprendido de la magnitud del triunfo electoral, navega sin brújula y sin planes, sabedor de una sóla cosa: hay que volver a ganar a toda costa, porque esto de trabajar como “autoridad” (mandando sin esforzarse) es un buen negocio… ¡Claro!
Elecciones primarias y abiertas.
El primer paso para consolidar un fuerte bloque opositor, tiene que ser mediante la celebración de elecciones primarias de carácter abierto… pero acotadas a la seguridad que se requiere para que no vengan “grupos pagados del Gobierno” a estropear la jornada.
Se requiere pues, involucrar a la ciudadanía a un proceso de elección primario… pero serio, cuidando las formalidades, civilizado, pacífico… no como el ocurrido este fin de semana donde los hechos nos terminaron de abrir los ojos y nos apuran -ahora sí- a hacer algo para evitar que siga siendo gobierno esta bola de ingratos que no tienen ni “prostituida” idea del lugar donde están sentados.
No… no hay madurez, ni compromiso, ni vocación por la civilidad.
Urnas violentadas, “embarazadas”, incendiadas, robadas, violencia física, ausencia de reglas, inducción deliberada del voto, “acarreo” de personas para votar… son entre otros muchos vicios que se pudieron acreditar en esa “Primera Jornada” de Morena para elegir a sus “Congresistas”.
Nada nuevo bajo el sol… lo mismo de lo que se quejaban de forma rabiosa “cuando eran flacos opositores”… y ¿ahora?… ¿Cómo interpretan o explican estas acciones del nuevo partido hegemónico y antidemocrático?.
Pero volvamos al tema de la elección primaria.
Toda democracia que se diga de respeto, practica la elección primaria, al interior de los partidos. En Europa, en América del Norte y en Sudamérica, las más connotadas regiones donde los procesos son de carácter civilizado y definitorio.
Que no es lo mismo que hacer “precampañas”… ¡Atención!
La penúltima vez que tuvimos algo parecido a una elección interna por ejemplo, en el PRI, el resultado terminó siendo “desastroso“, porque entre otras cosas, se perdió el proceso de exploración sobre el perfil más funcional e idóneo para la candidatura, al momento de llegar al tema publicitario de las llamadas “precampañas”.
No necesariamente es lo mismo “elecciones primarias” a “precampañas”; ni es intrínseca obligatoriamente esta última categoría de la primera.
Y es que en aras de “favorecer la apertura de los medios y la difusión de las ideas de los aspirantes” (atendiendo al tonito chillón de uno de los dos precandidatos que se victimizó durante todo ese proceso interno), terminó el PRI envuelto en una interminable conflagración de “madrazos” en los dedos entre los precandidatos y sus equipos, dividiendo al partido y donde el único que ganó fue Alazraki, que terminó facturando numerosos negocios de más de “siete ceros” en promedio.
El resultado (en el año 2000) es por todos conocido: Gracias al apoyo de Ernesto Zedillo -previa exigencia del Departamento de Estado norteamericano de hacer perder por primera vez al PRI-, se sacrificó a un gran profesional, auténtico estadista como lo es Francisco Labastida Ochoa y desde entonces, se abrió la puerta a los “villamelones” de la política.
Un “madrazo pintado”, no deja de ser un “moretón”…
Desde entonces el PRI no se levanta y reasume su condición de partido “ganador”. Lo de Peña Nieto fue un verdadero orgasmo. Un espejismo en momentos de desesperanza ciudadana y en medio de ese panorama desierto, sin figuras auténticas que enarbolaran un cambio genuino en el 2012.
Sólo el “moretón”, el hematoma aquel que dejó el ‘madrazo pintado’ de Roberto Madrazo Pintado, (valga la cacofonía o disonancia), nos quedó como sociedad de aquel desafortunado intento de “elección primaria” o interna, que se practicó en el PRI de las postrimerías del siglo XX.
Después vino el intento de repetir de Madrazo en 2006, que ganó una especie de contienda interna también, aunque su suerte “estaba echada” desde seis años antes, cuando su desmedido afán protagónico terminó afectando al candidato de su partido, que perdió con un 5% de la votación total.
Pero, ¿por qué es importante que haya una elección primaria para definir al eventual candidato del bloque opositor?
El concepto como tal de elección primaria, se empieza a fraguar desde finales del siglo XIX en la Unión Americana, donde gracias al control férreo que había en algunas regiones dominadas ya por las mafias que controlaban el contrabando durante la “Ley Seca”, ya practicaban el deporte ese de robar elecciones. Sí, también allá se ‘cocían habas’. Sobre todo en las principals urbes donde los sicilianos empezaron a participar en polírtica desde entonces, como New York, donde hasta la fechas hay alcaldes y gobernadores de apellidos italianos.
Fue hasta 1911, ya entrado el siglo XX, xuando se regularon en la legiuslación electoral americana, las elecciones primarias o “de partido”.
Una elección primaria tiene mayoritariamente un impacto positivo; este implica que las precampañas ayudan a dar una mayor visibilidad social a los aspirantes a un cargo de elección popular.
Es decir, permiten que estos sean conocidos por los votantes.
Implica también que aspirantes sean dotados de mayor legitimidad, al recibir el apoyo mayoritario de los votantes en los procesos internos.
Ayudan también a desarrollar y fortalecer la democracia interna de los partidos, en la medida que las precampañas son procesos políticos sustentados en la competencia y en la pluralidad, propios de los sistemas de cuño democrático.
Aunque también existe el impacto negativo, sustentado básicamente en la posibilidad de que se genere un hartazgo de la gente, por la sobre- saturación mediática o los excesos de los candidatos y partidos.
Y esto a su vez puede ayudar asimismo a desencadenar un mayor abstencionismo, en la medida que los votantes, por hartazgo, se desmotiven a participar en las elecciones.
Implicaría también, además, a que se produzca un aumento del nivel de conflicto inter-partidista y esto pueda ser contraproducente tanto para los partidos y candidatos, como para el propio sistema político.
En síntesis, las precampañas sí tienen un impacto en la conducta de los votantes, durante los comicios constitucionales, pero dependiendo del tratamiento que se le de a su desarrollo.
Por eso y desde este momento se propone, para evitar en lo posible el conflicto interno y los señalamientos de falta de equidad en la publicidad, “ausencia de pisos parejos” en el control de las clientelas políticas por regiones o sectores, etcétera:
Primero) Que exista una difusión o publicidad previa a la jornada de la elección primaria, equitativa y sobre todo, sobriamente manejada;
Segundo) Que no haya una precampaña deliberada entre candidatos; sobre todo al ser esta una elección primaria con pariticipantes extraídos de diferenters institutos polítocs (los que integrarían eventualmente la Alianza).
Aquí el desarrollo de la propuesta:
Partiendo de la valiosa propuesta del llamado Frente Cívico Nacional (FCN) y al valioso artículo de la maestra Cecilia Soto, aparecido este lunes en Excélsior (‘Si eres juez y parte, te partes’ ), valdría la pena partir de esa propuesta en elo ámbito legislativo, que incida ya legalmente en la norma, a la que le han llamado Ley EPASO (Ley de Elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), cuyo proceso legislativo aun se encuentra incubando y en los próximos días se empezará con la recolección de firmas ciudadanas a fin de proceder a través del Senado de la República.
Se pretende que , a partir de esta iniciativa de Ley y una vez aprobada, sea el propio Instituto Nacional Electoral (INE), el que coordine y ejecute como es debido una pretendida elección primaria para definir al candidato o candidata de la Alianza Va Por México.
La propuesta por sí sola es muy atractiva, no obstante, podría recibir otros agregados como el que viene haciendo el suscrito a partir de esta colaboración:
Que en lugar de haber una desgastante “precampaña” por cada aspirante (y lo menos deseable por cada partido que lo respalde), haya una especie de “reality show”, que sea transmitido (o producido para) medios audiovisuales, en horario estelar, como lo son las más conspicuas narco-series y que sea transmitido -previa autorización de cada aspirante o precandidato- sí… y sólo sí… hubiesen sido grabados sus capítulos o episodios alusivos a sus formas y hábitos de vida, entornos socio-familiares y laborales, gustos, aficiones, vicios, apegos, historias… sin el conocimiento decada aspirante o precandidato “investigado”.
Esto es… formalmente tendría que ser una “investigación de campo y documental”, cuyas reglas del “proceso”, implicarían que solo hasta que se publique la lista de los aspirantes a la nominación finalistas, estos sabrían que fueron “investigados y videograbados”… y sólo a partir de ese momento, se empezaría la proyección del programa de “reality show” en todos los medios, difundiendo solo las hisrtorias de los aspirantes finalistas por los diferentes partidos pero, desde luego, contando con su autorización legal o formal, para difundir aspectos íntimos o familiares o personales.
La gente quiere estar informada y conocer a plenitud las historias de vida “sin filtros” de quienes aspiran a gobernarnos o administrarnos… creo que esa sería una fórmula muy genuina. Dura pero genuina y eficaz al fin, evitando el derroche de publicidad que aturde y enfada a los electores y potenciales consumidores de esas historias. Se evitarían pleitos y denostaciones estériles entre candidatos provenientes de diferentes corrientes y grupos políticos, así como de diferentes ideologías.
Obligaría a que los precandidatos y las precandidatas, se conduzcan , por lo menos duramte eltiempo en que correrían a ser “investigados y videograbados”, a conducirse “derechitos y derechitas”…. es más, quizá lo idóneo sería no avisarles del procedimiento hasta no tener bien integrada la investigación . Entonces sí, preguntarles si están “de acuerdo con las reglas”. Verificando a cada acción qu eno se violenten los derechos humanos ni la dignidad de las personas. Un trabajo legal en toda la extensión de la palabra. Con pocos “filtros” de preferencia y sin lenguajes “ñoños” ni eufemismos. La sociedad mexicana merece un trato de mayoría de edad, inteligente además. Lo que haya que ventilarse de ese aspirante o precandidato… que se ventile, sea bueno o sea malo.
Que no sea respaldado ningún aspirante con publicidad extra comprada con dinero de dudosa procedencia. Ya con su voto durante la elección primaria, la sociedad definirá.
Sí se podría realizar porque en México hay muy buenos investigadors privados y muy buenas productoras de televisión.
Hay que enseñarles a los que no saben, cómo se hace un proceso de elección interna en apego a la civilidad y a la armonía democrática.
¿Qué le parece?
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