Está claro que el gobernador y su jauría exigen volver al “no aceptamos egresados de la UAS”.
Ese anuncio apareció reiteradamente hace algunos años, cuando alguna empresa buscaba contratar algún profesionista.
Aquellos tiempos en los que la universidad vivía casi permanentemente en elecciones y campañas.
Fiestas, comilonas, presentaciones de artistas incluso de los más caros como la Banda de El Recodo.
Lo que casi nunca había era clases.
Rubén Rocha Moya ha dejado muy en claro que su propósito es destruir a la universidad con el pretexto de la “democracia”.
Que el rector, directores y consejeros universitarios sean electos por el voto universal de maestros, trabajadores administrativos y alumnos.
Recuerdo a Rocha prometiendo incansablemente como rector terminar con las elecciones y los vicios que eran conocidos como “usos y costumbres”.
Fueron cuatro años de puras faramallas y en sentido contrario.
El rector concedió más privilegios al sindicato, dirigido por su hoy colaborador Aarón Quintero Pérez.
Un rectorado repleto de corrupciones y de abusos de poder, pero particularmente lleno de falsas promesas de un cambio que nunca se vio.
Presencié también cuando Héctor Melesio Cuén Ojeda cambió a la universidad por una mejor.
Comenzó a privilegiarse la academia, sobre la política.
Quienes durante muchos años habían sido parásitos, tuvieron que ponerse a trabajar o fueron cesados.
Por su valentía y decisión, Melesio comenzó a forjar un liderazgo que se fue consolidando al paso de los años.
Se ganó también muchos enemigos, algunos de los que por enferma venganza son parte de la persecución contra la casa de estudios.
Rocha fue un rector cobarde y traidor, Cuén un líder renovador y transformador.
Nadie me lo platicó, porque me tocó vivir todo eso siendo reportero de El Sol de Sinaloa.
Por eso repudio que gente enferma venga con sus otros datos para justificar los ataques contra la UAS y contra Melesio Cuén.
No hay ningún rescate sino la decisión mezquina de destruir a la universidad, sometiéndola a los intereses perversos de la putrefacción de cuarta.
Es para matarnos de la risa que cuando en su defensa la UAS inició un paro de labores, el gobernador asesino y su pandilla tronaran contra la suspensión de clases.
A nadie engañan con su farsa de que les preocupa la academia.
Impulsan una universidad como la de antes, sin clases y sin alumnos debidamente capacitados.
Volver al “no aceptamos egresados de la UAS”, porque las empresas no quieren gente que en lugar de estudiar se la pasó en las grillas electorales internas.
Eso de que no quieren partidos políticos dirigiendo la universidad es otro de sus pésimos chistes.
Imagínese de qué nivel es el desquiciamiento del ejecutivo estatal, que tiene entre sus favoritos para próximo rector a Sergio Mario Arredondo Salas.
Lo vimos recientemente como diputado local arrastrado y durante varios años fue aviador en la UAS porque cobraba sin ir a trabajar.
Esos son los perfiles que Rocha quiere en la rectoría.
Lambiscones corruptos que a todo respondan “lo que usted diga, patrón”.
Ratificamos nuestra convicción de lucha a favor de la autonomía universitaria.
Es por el bien de la UAS y por el bien de Sinaloa.
Reafirmo también mi repudio personal contra el gobernador que mató a Cuén y sigue rabioso en sus ataques contra la universidad.
Ya deben renunciarlo y meterlo a la cárcel.
Claudia Sheinbaum debe dejar de ser cómplice e impedir que su protegido Rubén Rocha siga haciéndole daño a nuestro querido estado.
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