Ayer, el gobernador Rubén Rocha Moya confirmó la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador a Sinaloa, en una visita que será de escasas dos horas.
Sí. Nada más dos horas. Ni un minuto más, ni un minuto menos.
Será la visita número doce que hará el primer mandatario a nuestra entidad, entendiéndose que buena parte de ellas han sido al municipio de Badiraguato, atendiendo una agenda nunca bien explicada y, lo que es más sospechoso, alejada de las farolas de los medios.
El presidente de México sostendrá una reunión de trabajo con personal de salud que atiende el programa IMSS Bienestar, pero hasta el momento se desconoce el horario, si será por la mañana o por la tarde, lo dijo así hoy el gobernador Rocha en su semanera.
¿No será esto parte de una estrategia para eludir las ruidosas manifestaciones uaseñas en contra del gobernador y los reclamos de los productores que ahora piden precios justos para el frijol y el garbanzo?
Ya veremos de qué tamaño será la cápsula de seguridad en la cual meterán al presidente para evitar que estos conflictos sociales le roben cámara.
Por cierto, a la ahijada del gobernador Rubén Rocha le planearon su primera aparición en el evento de campaña de los candidatos de Morena al senado, Imelda Castro y Enrique Inzunza, celebrado el domingo pasado en la plazuela Miguel Hidalgo, pero todo terminó en desastre para ella.
Cuando la presentaron fue objeto de un recibimiento seco y de pocos aplausos por parte del respetable, en cambio al que le fue muy bien, de maravillas, por decirlo así, fue al alcalde Édgar González Zatarain, a quien aplaudieron y ovacionaron tanto que los gritos de “¡¡Édgar, Édgar, Édgar!!” se escucharon por toda la colonia.
Como la misma efusividad colmada a un matador cuando tiene una magnífica tarde, así fue el trato que le dio la concurrencia al primer edil al que hallaron sentado en la primera fila en calidad de invitado especial
¡Quihubo¡
¿Entonces no es suficiente este mensaje sobre a quién quieren más las bases de morena como su abanderado?
En este evento notaron sentados, uno por aquí y el otro por allá, a los ex alcaldes Alejandro Higuera y Fernando Pucheta, por cierto, este último con cara de preocupado y volteando a cada rato hacia la entrada de la cancha.
¿El motivo?
Lo dejaron plantado, su gente nunca llegó. El único que le hacía compañía era Martín Ochoa.
¿Dónde andan aquellos que se decían puchetistas de hueso colorado, personajes que le funcionaron muy bien como operadores políticos, tales como Juan Manuel Ochoa, Jorge Tirado, Milay Quintero, Jorge Haro, Óscar Osuna Tirado, Luis Mariano Ortega, entre otros?
Sin temor a equivocarnos, casi todos ellos andan de campañistas… pero del candidato de enfrente.
¡Tómala, barbón!
EL PASO DE DRAKE
El Instituto para la Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas hizo en estos días un pronunciamiento en contra de los ataques cibernéticos que han sufrido algunos medios de la capital y un portal del sur del estado.
Lo extraordinario de este asunto es que todos los comunicadores aludidos en esta alerta están bien enchufados de manera generosa al régimen y algunos analistas ven que este llamado no va a llegar a ninguna parte. Más bien pudiera tratarse de un petardo lanzado por los funcionarios que operan este órgano para insistir en que no es una Carabina de Ambrosio, como algunos sectores de la verdadera defensa de los derechos sociales lo ven.
A no ser que sea el preludio de que algo así se pudiera desatar desde alguna de las alas de inteligencia al servicio del gobierno y de los candidatos de Morena en contra de aquellos periodistas incómodos a los que se les pudiera tener preparada alguna cacería despiadada, y con especial dedicatoria para los que están en la categoría de enemigos públicos número uno.
¡Aguas!
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