Hace apenas un par de días, los medios de comunicación de Sinaloa dieron cuenta de una nota a la que todas y todos dieron lectura inmediata.
El Alcalde de Ahome Gerardo Vargas Landeros podría ser separado de sus funciones por el Congreso del Estado, revela la publicación.
La nota periodística saltó de inmediato a las Redes sociales, el instrumento mediático más rápido y efectivo de nuestros días, llevando la noticia a todos los rincones de la entidad.
Y desde luego, en pocos minutos el escándalo cobro vida y relevancia en los círculos políticos y sociales.
La ruta burocrática del posible desafuero del alcalde Vargas Landeros, ya realizó el tránsito legal y político que el caso amerita.
EL ORIGEN DEL DESAFUERO.- La Auditoria Superior del Estado, detectó irregularidades en la renta de 126 patrullas policiacas, por un monto de 171 Millones de Pesos por el Ayuntamiento de Ahome que encabeza Gerardo Vargas Landeros.
La cantidad pagada a la empresa arrendadora es de hecho alta, sin embargo el problema mayor es que el procedimiento al parecer fue ilegal.
Y es que la operación se llevó a cabo sin haberla licitado, ni concursado, acusa la Auditora superior del Estado.
Por esa razón, la misma ASE llevó el caso a la Fiscalía General de Justicia del Sinaloa, y desde ahí llevado al Congreso del Estado para su revisión, análisis y seguimiento.
El pasado viernes el expediente fue depositado en manos de los Diputados que integran la Comisión instructora, quienes la enviarán a la JUCOPO para su dictamen.
Es posible que para los primeros días de la semana que hoy inicia, el tema sea llevado al pleno del Congreso para que se determine la procedencia o improcedencia del desafuero del alcalde ahomense.
De ser aprobado su desafuero, Gerardo Vargas Landeros seria el tercer alcalde separado de sus funciones en el gobierno de Rubén Rocha Moya.
Antes habían caído de sus reinados los alcaldes Jesús Estrada Ferreiro de Culiacán, y Luis Guillermo “el “Químico” Benites Torres de Mazatlán.
Un dato interesante es que, los tres alcaldes en picota, pertenecen al Partido de MORENA, lo que nos indica que el gobernador Rocha Moya, al tomar sus decisiones, suele aplicar una especie de daltonismo político.
Otro dato no menos relevante, se refiere a ciertas coincidencias que distinguieron a los dos primeros alcaldes desaforados, y que todo indica, ha sido imitado por el Alcalde que hoy se encuentra en capilla.
Es decir, que en su momento, tanto Estrada como “el Químico”, y ahora Gerardo Vargas, no solo cayeron en actos de presunta corrupción, sino que, de la misma manera, sobredimensionaron su peso y poder político, llegando al grado de retar a su jefe político el gobernador de Sinaloa.
Se piensa que los tres, se auto valoraron y llegaron al grado de considerarse al mismo nivel de quien debieran ver como su líder y guía político.
De alguna manera, los tres personajes cayeron en el error de ignorar los lineamientos marcados por Rocha Moya, tanto en el manejo de los recursos públicos, como en el aspecto político.
Y ese comportamiento, en politica se traduce en deslealtad, traición y desobediencia.
La lección para quienes se sobredimensionan en su talento, capacidad y fuerza politica frente al poder del líder, ha quedado expuesta en los casos de los tres alcaldes en referencia y debe ser ejemplo para otros que piensen y actúan igual.
La recomendación desde luego, seria evitar en lo que cabe, la idea de retar a su líder por muy endeble que ante sus ojos les parezca…
Las aspiraciones políticas son entendibles, lógicas y naturales en los hombres y mujeres que se desenvuelven en el mundo de la politica, sin embargo, lo reprobable es tratar de adelantar las formas y los tiempos para dejar en claro sus aspiraciones.
Porque, retar al jefe político, por muy cobijado y protegido que alguien se pudiera sentir es un desatino de importantes dimensiones.
Insisto, retar al líder y guía, nunca ha sido la mejor herramienta para quienes aspiran a crecer en la escala de posiciones políticas, y mucho menos si traen cola que les pisen.
Los inteligentes, calculadores y astutos han desafiado a sus altos mandos, pero han sabido esperar el momento oportuno para hacérselo entender.
Es decir, que los políticos inteligentes suelen sacar las uñas, cuando el riesgo de la reacción del líder ha sido nulificada y poco puede hacer para su contra ataque, aunque, claro, quienes así proceden nunca dejan de ser traidores.
En la actualidad, los casos de Estrada Ferreiro y el Químico Benítez, son cosa juzgada y pasada.
El tema del momento es Gerardo Vargas Landeros, por un lado con el caso de la renta ilegal de las patrullas policiacas, y por otro, sus innegables pero anticipadas aspiraciones de ser el sucesor de Rubén Rocha Moya.
Es indudable que la falla administrativa, aparejada con su error político, mantiene a Vargas Landeros, frente a dos acusaciones.
La primera del orden legal, y la segunda del tipo netamente político.
Lo que me parece extraño, es que “El hombre del Trébol”, como se le conoce al alcalde de Ahome, no hubiera analizado a conciencia el perfil del gobernador, para llegar a la conclusión de a que Rocha Moya le gusta ser respetado, valorado y obedecido en sus ordenamientos.
En el terreno político, Gerardo, ciertamente ha crecido políticamente, pero no lo necesario para operar su proyecto futurista por encima de la aceptación de su jefe político.
Gerardo Vargas hace mal en considerar que con la fuerza politica que lo arropa, y que la representen tres ex Gobernadores como son Francisco Labastida, Juan Millán Lizárraga, y Mario López Valdez, le sería suficiente para pasar por alto las directrices del gobernador Rubén Rocha Moya y construir su propia pista de lanzamiento.
Y aunque no se puede negar que los consejos, asesoría y fuerza politica que los tres ex mandatarios de Sinaloa puedan aportar a la causa del hombre del trébol es muy importante, tampoco es negable que esa fuerza puede cambiar de destinatario con la amenaza del desafuero que Gerardo hoy enfrenta.
Lo que, de alguna manera a Gerardo le ha quedado muy en claro, es que los abrazos y sonrisas del gobernador para con sus correligionarios políticos y partidistas, pudieran no ser la mejor mifiestacion de simpatía y aprobación de lo que están haciendo en su gobierno.
Lo que es un hecho, es que la acusación formal que la ASE ha canalizado a las instancias de justicia para castigar al Alcalde de Ahome, pueden ser el instrumento legal que desde el espectro político se requería para poner un alto a su anticipada lucha por la gubernatura.
La realidad está a la vista de todos; Gerardo Vargas Landeros se encuentra a un paso de ser desaforado y separado del cargo de alcalde de Ahome.
A menos claro, que una negociación de las altas esferas políticas de la Nación, lanzaran un metafórico salvavidas a las turbulentas aguas en que Vargas Landeros esta inmerso.
Mientras tanto, los amigos, y seguidores del Alcalde de Ahome, han salido en defensa del acusado, argumentando su buen papel al frente del gobierno municipal.
Argumentan sus simpatizantes las encuestas de aprobación que lo ubican como el mejor alcalde de Sinaloa, por las obras realizadas y por gobernar la ciudad en una aceptable paz social.
Aunque claro, otros dicen que eso de mantener en un clima de paz y tranquilidad a la ciudad de Los Mochis, pudiera no obedecer a la efectividad de los programas de seguridad y la eficiencia de los policías municipales.
Y es que, dicen sus contras, que los Ahomenses pueden ciertamente estar tranquilos y sin sobresaltos mientras los grupos delictivos que controlan la plaza de aquella zona, no entren en conflictos internos.
Ayer me decía un amigo, que mientras la guerra no sea declarada entre las bandas del crimen organizado en aquella región, la ciudad de Los Mochis seguirá siendo la más segura de Sinaloa.
La más segura y placentera, sin importar quién sea el hombre o mujer que gobierne el municipio…Eso me han dicho…Nos veremos enseguidita.
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