De ese tamaño es la debacle del otrora invencible partido tricolor en Sinaloa, quien ahora solo vive de los resabios del pasado y de una militancia venida a menos.
A muchos priistas que ostentan todavía cargos, ya en el partido o como representantes populares, no les ha caído el veinte de la aplanadora que les pasó por encima el pasado 6 de junio de 2021. Haiga sido como haiga sido, el PRI hoy en día camina hacia una extinción más que anunciada.
En Sinaloa la perdida de la gubernatura, de las alcaldías, diputados federales y locales y senadores, representa el vórtice de la peor derrota que haya sufrido este partido, además, considerando la derrota que le propinaran en el 2010 a manos de Mario López Valdez, conocido como (MALOVA).
De ese tiempo atrás, el PRI se lleva justificando sus fracasos, se consolida el pronóstico de que hacia el futuro poca cosa tiene que hacer el PRI para mantener sus prerrogativas tanto a nivel local como a nivel nacional.
Este PRI, el de ser comparsa del poder es el que tiene sus días contados, el otro, el que todavía defienden los militantes que exigen un partido abierto a todo tipo de expresión política, y que algunos de ellos están dispuestos dar la pelea en este proceso interno para defender a su partido de la extinción.
Claro, personajes como Álvaro Ruelas Echave, de negro historial y que nada abona a los priistas, aprovechan el caos que prevalece en el PRI para buscar ganar posiciones al interior de ese partido.
Lo cierto es que, el PRI se desmorona y se encamina a ser una satélite de Morena tanto a nivel nacional como a nivel local.
Uno de los recursos que quedan a los ciudadanos cuando sus gobernantes y funcionarios públicos los agreden, les aplican políticas públicas abusivas y, en general, los desprecian como sociedad, es el del repudio público.
Así se le considera al militante y aspirante a dirigir el PRI estatal más repudiado, Álvaro Ruelas Echave, es como una especie de sanción social que no se le puede defender y mucho menos tapar su egocentrismo político, muy en ello, repudiado por militantes que siguen el mismo grupo al que representa. Si se lanzara una convocatoria para elegir al nuevo líder del PRI estatal más repudiado y desprestigiado, sin duda el ganador absoluto sería el Ahomense Álvaro Ruelas Echave.
GOTITAS DE AGUA:
El repudio y desprestigio de Álvaro Ruelas Echave no solo se mide por las negativas cifras que arrojó en su administración como alcalde de Ahome, además en la función pública, sino por los niveles de rechazo que concita y la inmensa indignación que provoca el solo escuchar su nombre. Por eso en caso de que se aparezca este personaje recibiendo las llaves de las oficinas del PRI estatal, ubicado por la popular y transitada avenida Madero, no puede esperar que le aplaudan los militantes o que lo saluden en los restaurantes y calles.
Para los pocos militantes que le quedan al PRI no será un placer verlo despachando en las oficinas del PRI. Álvaro Ruelas Echave ha cosechado el odio, el desprestigio y el repudio que ha sembrado. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
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