El PRI en Sinaloa tiene un doble juego: por un lado, como aliado gobiernista, y por otro, como aliado opositor.
Nada más hace falta echarse un vistazo para ver el comportamiento de los diputados priistas en el congreso del estado, sobre todo, de la ex dirigente del PRI estatal por prelación en Sinaloa, la actual coordinadora de la fracción parlamentaria del PRI en el recinto legislativo, Cinthia Valenzuela Langarica, cuya conducta ha sido de sumisión y simulación, muy en ello, asiste a eventos que organiza el PRI, peor aún, burlarse en silencio no solo de los verdaderos priistas sino hasta de la misma ciudadanía. A mi juicio, eres o no eres.
Desde 1946 y hasta 1997 el Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue el partido hegemónico en México. Su trayectoria no ha sido uniforme; de hecho, es un partido sin ideología política, aunque se diga nacionalista y desde 1982, neoliberal. Sus características son el pragmatismo, la corrupción y los antivalores del viejo régimen. Sin embargo, desde 2018 el PRI enfrenta una crisis sin precedentes; en algunos estados de la República se encuentra a punto de desaparecer y a nivel nacional, su fuerza política es prácticamente simbólica.
En este contexto y en busca de supervivencia, el PRI ha orbitado entre la oposición y el gobierno. Un claro ejemplo se puede ver en Sinaloa, donde el gobernador Rubén Rocha Moya de forma astuta ha realizado nombramientos a militantes priistas, pero aglutinados en torno a la expresión política del embajador de México en España, Quirino Ordaz Coppel. No son los únicos movimientos. En diversas áreas de la administración pública estatal hemos podido constatar que han llegado actores del PRI relacionados con el mismo embajador mencionado.
La alianza entre el gobierno estatal y el grupo político del embajador de México en España, un postulante a la senaduría en el 2024 por la insignia de Morena, es una obviedad, sin embargo, vale la pena preguntarse en razón de qué. Una posible respuesta podría llevarnos a una estrategia política, electoral o incluso económica. Lo que sabemos es que el gobernador ha afirmado que estos nombramientos responden a las necesidades de su administración, no obstante, la sorpresa e inconformidad continúa latente, sobre todo en la militancia radical e ineficiente y corrupta de Morena.
GOTITAS DE AGUA:
Lo cierto es que el PRI en Sinaloa tiene un doble juego. Por un lado, como aliado gobiernista, y por otro, como oposición el priista y senador de la república, Mario Zamora Gastelum. Con base en concertación, acuerdo y traición entre la oposición y el gobierno, obtienen posiciones privilegiadas sin ganar elecciones, peor aún, sin jugarlas como lo mencionaba líneas arriba en relación a los diputados priistas en el congreso del estado, con excepción del Guasavense, Feliciano Valle Sandoval. Un cómodo segundo lugar y una burocracia que transmuta sin mayor empacho entre posiciones políticas de la oposición y el gobierno.
Lo anterior es una estrategia de supervivencia que nuevamente resalta la esencia pragmática y la vocación del PRI de mantenerse en el poder por el poder. Dicho esto, resultan mayores los riesgos que los beneficios de aliarse con el PRI y vale la pena preguntarse: ¿Qué podemos esperar de un supuesto “aliado” de esta naturaleza? “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
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