La tolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles”. Frase de Fiódor Dostoyevski.
Cada vez que hacemos el levantamiento de una encuesta, 6 de cada 10 personas se niegan a contestar. ¿Para dónde irá su voto? Se recargarán al lado de quien vaya de puntero para estar del lado de los ganadores, o bien, oculta su intención del voto por miedo, pero se lo dará a la oposición.
Lo peor que pasa la mayoría de las veces, es que esa persona no le interesa participar y no sale a votar.
En México, en un buen escenario, 4 de cada 10 no sale a votar. O sea, terminan votando 6. Es decir, si de estos 6, contestan 4 y saben por quién van a votar, entonces 2 no han dicho por quién van a votar.
Es decir un tercio del electorado que si vota, puede ser quien incline la balanza.
¿Pero cómo entender este fenómeno de que la gente no se atreva ni siquiera a contestar un formulario para realizar un ejercicio estadístico?
Antes decíamos que era apatía y hoy decimos que es miedo. Sí, hoy como nunca el miedo político es lo que permea. Lo hemos dicho muchas veces en este espacio. Éste gobierno ha gobernado con el miedo y así tiene sometido a todo mundo.
Pero también lo hemos dicho. El miedo paraliza o impulsa. El próximo 2 de junio sabremos cuál fue el verdadero efecto causado en la gente.
Lo que sí, es que hablar del miedo político, era mera percepción o sentido común, pero ahora es una realidad medida.
Resulta que la Agencia de Los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional acaba de publicar su último informe y a México no le va nada bien.
Dice que México es el país con el índice de terror político más alto de toda la región de Latinoamérica y el Caribe, con un nivel cuatro de cinco en la escala.
La agencia estadounidense apunta que dicho nivel, responde a “violaciones de los derechos civiles y políticos que se extienden a gran parte de la población. Los asesinatos, las desapariciones y la tortura son algo común en la vida diaria”.
Asimismo, aseveró que el terror en este nivel afecta principalmente a aquellos que se interesan por la política.
Hasta ahí la cita de la Agencia Estadounidense.
Lo cierto es que nunca se había vivido el nivel de terrorismo político que se vive hoy.
Siempre ha habido casos de represión, asesinatos políticos, venganzas personales por motivaciones políticas, pero nunca un clima generalizado de terrorismo político. Lo peor, es que este terrorismo político no nace, ni se aplica desde organizaciones del poder fáctico, sino desde el mismo gobierno.
Si Andrés Manuel acusó la práctica de terrorismo político en las campañas del 2006 y 2012 cuando mediante campañas mediáticas se le señalaba como “un peligro para México”, lo que le sucedió a él es un juego de chilindrinas comparado con el terrorismo político que desde su gobierno y desde sus mañaneras practica todos los días.
El caso de Amparo Casar quien se atrevió a desnudar la corrupción de su gobierno es el más claro ejemplo de ese terrorismo que se despliega en contra todo aquel que se atreve a señalarlo.
Pero ese terrorismo, es el mismo que se aplica por alcaldes, gobernadores o funcionarios en contra de todo aquel que lo señale o piense diferente.
Las cifras de luchadores sociales y periodistas asesinados o censurados, es solo una estadística para corroborar el clima de terrorismo político.
Pero además, es precisamente ese clima de terrorismo político, el principal riesgo para la democracia en esta elección federal y presidencial.
Cuantos aspirantes, precandidatos y candidatos han sido “bajados” en este proceso electoral.
El terrorismo político es la principal herramienta para el partido oficial y sus candidatos jueguen prácticamente solos, aun cuando lleven la compañía de la oposición en las boletas.
Ahí está la principal fortaleza del gobierno. El miedo de la gente a expresarse y participar de manera contraria al régimen.
Por lo pronto, ese miedo ya es medido y coloca a México como el principal país de América Latina donde impera el terrorismo político. Así no puede haber democracia, pero sí un ganador en una elección de remedo democrático.
Veremos si el miedo paraliza a la gente o lo impulsa.
El 2 de junio llegará la respuesta.
PASO A PASITO.-Se fue una semana más y en Sinaloa los escenarios no cambian. Siguen igual que como arrancaron. Morena y sus candidatos son los punteros en los números de las encuestas.
Si hoy fueran las elecciones la fórmula de Imelda Castro y Enrique Inzunza ganarían la elección para el Senado.
De las 6 presidencias municipales más importantes como son Culiacán, Mazatlán, Ahome, Guasave, Salvador Alvarado y Navolato, los candidatos de Morena siguen a la cabeza.
Eso sí, Culiacán, Mazatlán, Ahome y Guasave, están más peleados.
Todas las encuestas ponen a los candidatos de Morena como los futuros ganadores.
Eso sí, lo hemos aclarado. Hay un voto oculto que no se sabe si saldrá o no el día de la elección.
Si sale las indicadores pueden cambiar, pero si no salen, el marcador de la pizarra difícilmente cambiará.
PASITO CHÉVERE.-
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