Sí, hago responsable también a Andrea Félix López de cualquier agresión contra mi persona y contra la Asociación de Periodistas de Sinaloa.
Esta remedo de luchadora social encabeza una campaña de insultos, descalificaciones y amenazas, luego de que quien esto escribe publicó denuncias que la señalan como vividora y ladrona.
El sábado por la mañana hubo una agresión directa contra las oficinas de la APS, y de ello se tiene registro oficial por parte de las autoridades de seguridad pública.
Sucedió pocas horas después de la primera publicación que acusa a Félix López de convertir su falsa lucha social en un lucrativo negocio personal.
Clarísima es la motivación de los agresores.
Me he convertido en cliente frecuente de los pícaros y las pícaras que buscan callar a los críticos.
Así es el periodismo en los tiempos de la cuarta transformación, donde como nunca antes se descalifica, se persigue y se mata a periodistas.
El presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, a la cabeza de este linchamiento permanente contra quienes nos atrevemos a decir las verdades incómodas.
En el caso que nos ocupa, Andrea Félix López enfureció por las publicaciones en mi página web y mis redes sociales.
Le fue subiendo de tono a las agresiones y amenazas.
Así como hace con sus víctimas, pretendió intimidar a quien esto escribe al presumir que tiene todo el apoyo de gente poderosa y el respaldo total de policías y viudas de policías dispuestos a lo que sea.
Se sumó a sus ataques una agente policial que se dice es comandante de la policía estatal, Grecia Burgos Álvarez.
Hicimos sobre esto el reporte directo ante el Secretario de Seguridad Pública, teniente coronel Cristóbal Castañeda.
Tener rateras tan descaradas sólo puede suceder con la complicidad directa de nuestros políticos, ya sea de manera directa o por omisión.
Esa gravísima pérdida de valores que sufrimos hasta convertir en “normal” que nos mientan, nos roben y nos maten.
La tragedia que implica encontrar a mujeres delincuentes que con el mayor de los cinismos se alegan víctimas de “violencia de género”.
Como si el hecho de ser féminas les diera el derecho de delinquir impunemente.
Vimos una luz de esperanza cuando el gobernador Rubén Rocha Moya señaló directamente como bandida a Yesenia Rojo Carrizoza, acusada también por sus víctimas como vividora y ratera.
Tras quedar hasta ahora sólo en el señalamiento, la duda de si se trató del puro desahogo personal del ejecutivo estatal y no del anhelo de legalidad y justicia.
El caso de Andrea Félix es todavía peor.
Opera toda una mafia con beneficios económicos que creíamos era de cientos de miles de pesos, pero que con las nuevas denuncias pasan a ser millonarios.
Cuánto le durará la impunidad, es lo que falta por ver.
Viudas de policías estatales y municipales se están armando de valor, hartas de tantas transas.
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