No quiero ver de nuevo en las calles a los estudiantes de la UAS y menos si se les unen otras instituciones académicas.
Bastante tuvimos en Sinaloa cuando los grillo Juan Guerra y los López Duarte y otros, mangoneaban a la juventud universitaria y eran la carne de cañón para lograr sus turbios fines.
Llegó Melesio Cuén Ojeda y acabó con las mafias de aquél entonces y pacificó por completo nuestra querida Universidad.
Se lo agradecimos de todo corazón y la sociedad sinaloense le hizo un reconocimiento a Melesio en los patios del ayuntamiento de Culiacán.
Se acabaron los rufianes y respiramos oxigeno puro.
La academia subió a pasos agigantados y hasta la fecha no para en sus reconocimientos a nivel nacional e internacional.
Verdaderos científicos han salido de sus aulas.
Somos muy reconocidos y no queremos perder categoría.
No despierten al tigre.
La grey universitaria es muy poderosa.
Más de lo que se imaginan.
No tiene caso mover tapetes y causar el desorden.
Estamos muy tranquilos con lo que tenemos en la UAS y los ciudadanos estamos conformes con los logros académicos y su manera de gobernarse.
La inmensa mayoría de los gatos tienen cuatro patas y no tiene caso buscarle tres o cinco, capaz que recibamos un arañazo que nos saque los ojos.
Me tocó ser parte del movimiento que obligó a Leopoldo Sánchez Celis a jugar con mucha inteligencia y declaró la autonomía de la entonces Universidad de Sinaloa.
El sabía que no podía jugar con los tigres.
Y debemos tomar en cuenta, que en aquellos años eran muy poquitos y ahora son muchísimos miles de estudiantes de la UAS en Sinaloa.
Súmeles a las otras universidades y serán torrentes de estudiantes por las calles al conjuro de la defensa de la autonomía.
Leopoldo Sánchez Celis fue un gobernante de los grandes y solo queda uno de aquella estirpe y es Juan S. Millán.
Muchos consejos pudiera dar mi querido compadre.
Es cosa de poner la oreja y escuchar.
No muevan la tarima señores diputados.
Las perdidas serían inmensas y no conviene de cara al proceso electoral del siguiente año.
La Universidad en guerra es un trueno para la estabilidad social.
La marcha del 68 es inolvidable y nadie quiere repeticiones.
Dejen en paz a Melesio y su partido local.
Le servirá a la cuarta transformación y el presidente de México necesita de muchos aliados para aplastar a la oposición.
Que el PAS siga en PAZ y la UAS también.
No le muevan.
Los ciudadanos estaríamos con nuestros hijos y nietos.
Que las calles permanezcan vacías de estudiantes.
Es nuestro deseo y el de millones de sinaloenses.
Hasta mañana.
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