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Su gobierno es el más violento de la historia

“Su gobierno es el más violento de la historia”, fue una frase con la que el periodista Jorge Ramos enfureció ayer al presidente en su mañanera.

Y se lo dijo con números oficiales, del propio gobierno.

El remate le echó más sangre a la herida: pasará a la historia como “el gobierno de los muertos”.

La respuesta ante la verdad irrefutable fueron los otros datos, contra lo que oficialmente se reconoce.

Esos atoles de los porcentajes tramposos que eluden la realidad, o de los “términos reales” al modo y a conveniencia.

Tanto ha andado de hocicón el presidente presumiendo los “buenos resultados” de los abrazos no balazos, que monta en cólera cuando le demuestran que todo ha sido un rotundo fracaso.

La rabia por supuesto se extendió a la chairiza, y los lambiscones y bots salieron a decirnos que “el presidente refutó las mentiras del periodista”.

Con los datos actualizados, ya son más de 134 mil los asesinatos dolosos cometidos en este gobierno, y según Lopitos son “menos” que los 126 mil con Peña Nieto.

Jorge Ramos en la mañanera

Así son las matemáticas cuatroté.

Lo bueno es que cada vez falta menos para que el presidente asesino se vaya a su rancho.

 

ACOSA A SENADORES EL PRESIDENTE

 

A propósito del miserable y rufián, atacó ayer señalándolos por sus nombres a 21 senadores que se oponen a la reforma para extender hasta el 2028 la presencia del ejército en nuestras calles.

Con el detalle de que si fueran 21, entonces con 128 que son en total, la farsa disfrazada de esperanza tendría una amplia mayoría.

Está claro de que los opositores son muchos más que 21, pero se concentró en estos con razones muy específicas.

A unos porque los odia más que a los demás, y a otros en acción de acoso y amenaza.

Entre esos veintiún senadores hay algunos que busca “convencer” o “comprar”, por las buenas o por las malas.

Se va a saber.

 

¿Y LOS PREPOTENTES, GOBERNADOR?

 

Recordemos con que énfasis prometió Rubén Rocha Moya que correría a todos los funcionarios prepotentes de su gobierno.

Son muchos, puntualizó.

Varias semanas han pasado, y no queda claro si mintió con descaro, o si se rajó.

Porque no se ven los muchos cesados por esa razón, y lo peor es que algunos funcionarios cuya prepotencia es enorme siguen trabajando como si nada.

Un caso muy conocido es el del director del ISDE, “El Chango” Julio César Cascajares, a quien sus empleados no aguantan por su descomunal soberbia y su demencial arrogancia.

Se siente divino y los trabajadores tienen que pedir permiso por escrito si quieren dirigirle la palabra.

Y entonces, es como con los corruptos; a los cercanos y a los cuates todo se les perdona.

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Partida
Juan Manuel Partida Valdez

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