Hace 70 años que por vez primera pisé el recinto de una arena de box en la ciudad de Culiacán. Ahora en mi vejez, otros prefieren decir en la tercera edad, trato de no perderme ninguna de las funciones de campeonato mundial a través de la pantalla de mi televisión, y gozo muchísimo con llevar la contabilidad de los puntos que obtienen los que subieron al ring.
Sigo la carrera de algunos pugilistas, y como todo aficionado a este deporte de los guantazos, los hago mis favoritos o los elimino de mi cuaderno.
Es el caso de Saúl “el Canelo” Álvarez.
Me encanta ser testigo de sus peleas y lo considero el mejor en la división de los súper medios.
Aprecio las siguientes cualidades.
La dedicación al cien por ciento en el cuidado de su condición física.
Jamás para en el aprendizaje de los secretos de la profesión que escogió para sobresalir de otros que hacen lo mismo.
No entrena en las cantinas.
Ha sabido invertir sus ganancias y tiene bastantes millones de dólares en su cuenta bancaria e inversiones.
Es muy querido por sus paisanos jaliscienses y le reconocen que participa activamente en las causas sociales que benefician a su pueblo.
No participa en los escándalos de antros o piqueras.
Hasta la fecha no lo han levantado borracho o drogado de las banquetas.
Vive fantásticamente bien y sabe para qué es el dinero.
Mi opinión vale solo un voto, al igual que el de sus detractores.
Soy un seguidor del Canelo y lo considero extraordinario campeón del boxeo internacional.
Ha ganado muchas peleas y ha perdido unas cuantas.
Campeones invictos solo tengo idea de dos:
Rocky Marciano en los pesos completos y el mexicano Finito López en los mini moscas.
El primero fue un campeón de sangre italiana y profesional en los Estados Unidos de Norte América.
El finito es nuestro paisano y se retiró con los honores de invicto en sus encuentros del pugilismo profesional.
Finito, hasta la fecha, vive alejado de los escándalos y por ese motivo no es tan conocido como Julio Cesar Chávez o el púas Rubén Olivares.
El sábado, los comentarios estuvieron a la orden del día en las casas de apuestas y escuché los puntos de vista de mis amigos y conocidos.
Prevalecía la idea de apostar en favor del empate.
Así metieron su dinero.
No quisieron escuchar mis puntos de vista.
Y por supuesto que perdieron.
Afirmaban que Jaime Munguía es dueño de poderosa pegada y hasta lo daban como noqueador del Canelo.
Para no contaminarme, con los comentarios de los que narran las peleas, hice lo de siempre, bajando todo el volumen al televisor para dar mi propia calificación de puntos en cada round.
Marqué empatados tres rounds.
Y uno en favor de Munguía.
Lo cual significa, que vi ganar siete asaltos al Canelo con puntuación de 10-9 y uno más con calificación de 10-8, tres empatados y un perdido 10-9.
Un total de 117 puntos para Canelo.
Canelo Álvarez es un gran campeón.
Hasta mañana.
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