Sinvergüenza engañabobos

Con mucha tristeza pero poca sorpresa, me chuté ayer completa y en vivo la semanera para encontrar que el gobernador Rubén Rocha Moya perdió completamente la vergüenza.

Con mucha tristeza pero poca sorpresa, me chuté ayer completa y en vivo la semanera para encontrar que el gobernador Rubén Rocha Moya perdió completamente la vergüenza.

Les refiero algunos de sus dichos -cada quién medirá la gravedad respectiva-, con la precisión de que el orden de los factores no altera el producto.

Comencemos con la complicidad a favor del mesías tras ser cuestionado sobre los señalamientos de que Lopitos violentó la constitución al exhibir ingresos de Carlos Loret, con su respuesta de que “nosotros creemos que no hay violaciones como las que se le pretenden imputar al presidente”, y su ridícula presunción de que en el México de hoy existe absoluto respeto a la libertad de expresión, no como antes.

Solapó con enorme valemadrismo la impunidad con que todos los días se nos agrede y se nos insulta, y no debería extrañarnos que sea tan lambiscón, pues se lo exigen abuelita de Batman, pero está muy claro que excede los límites y que con su descomunal cinismo ante tan clara ilegalidad se burla de los sinaloenses y en particular de los periodistas.

Lo cuestionaron sobre un tema que le resulta incómodo, el de la contratación de Julio Cascajares como director del ISDE, de quien se demostró incurrió en un acto de corrupción al cobrar como aviador en el gobierno.

Se limitó a señalar que ordenaría una investigación respecto de si afecta que este alto funcionario del gobierno asuma por momentos su personaje del chango ceroté, pero ante la pregunta sobre ese acto de la corrupción y si tienen o no un código de ética se hizo pato y no dijo ni pío.

Rocha Moya se enredó con lo de las denuncias comprobadas sobre faltantes de medicinas en algunos hospitales públicos de Sinaloa, y aseguró que “no va a haber desabasto”.

Si se necesita algo se va a comprar, aseguró, y anunció que a principios de marzo llegarán las medicinas que corresponden a todo el primer trimestre.

Nótese la “oportunidad” de comprar las medicinas con cuando menos dos meses de retraso.

Y al modo intolerante de las verdades incómodas, reclamó a directores de hospitales que si tienen algún problema no vayan con la prensa porque “eso es hacer política”.

La ropa sucia se guarda en casa, porque lavarla no le interesa.

Sobre el carnaval de Mazatlán, volvió a jugar al tío Lolo al reiterar que se tomará una decisión “muy responsable” mientras por lo visto espera un pretexto milagroso para aparecer como héroe apoyador de la economía estatal mientras sigue poniendo en peligro la salud y la vida del pueblo.

Ante nuevas evidencias en contra de la cantaleta oficial, acusó que los gobiernos de antes sí espiaron pero ahora ya no porque “no somos iguales”.

Le podríamos seguir, pero sobra con lo anterior para demostrar que Rubén Rocha perdió la vergüenza, si es que algún día la conoció, puntualizando que esto que hoy comento sucedió en solo un ratito.

A Rubencito no le importa ser igual de nefasto que el presidente, y puede parecerles a algunos cosa menor o “natural” que se mienta con tanto descaro, pero ya ven los extremos a los que hemos llegado con Lopitos, repudiados no solamente en México sino en otros muchos países.

El de Badiraguato se burla del pueblo porque se siente seguro y espera impunidad total con la protección del dictador y del narco que lo hizo gobernador.

Por eso tenemos un gobierno lleno de atoles y maromas, de burdos engaños que operan en la confianza de que serán comprados como verdad por los fanáticos al borde del retraso mental.

Faltará ver hasta cuándo el engañabobos local podrá seguir imponiendo sus desvergüenzas en este Sinaloa y México que parecen cada vez más desengañados y menos tolerantes de las raterías cuatroté.

Lo que confieso no alcancé a entender es la motivación con la que el ejecutivo estatal soltó ayer, como sin querer queriendo, un madrazo contra la Universidad Autónoma de Sinaloa al señalar que “trabajé con los sindicatos de la universidad, que no eran perita dulce”, con el subrayado inmediato de “fíjense lo que dije: no eran perita dulce”.

Con alguna reiteración me advierten que lucho casi solo contra los corruptos de Morena y aliados, y lo peligroso que es. Mi respuesta es que cada vez somos más, y que lo peor que puede suceder es que sigamos siendo indiferentes.

Partida
Juan Manuel Partida Valdez

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