Es la misma historia.
Catorce por accidentes automovilísticos, tres perdieron la vida por inmersión y cuatro fueron asesinados.
Me causa inmensa tristeza que 21 personas ya no se encuentran entre nosotros por diferentes causas y sucede en semana mayor.
No puedo acostumbrarme a leer, lo que acontece en este periodo vacacional que debería ser de alegría y regocijo, y termina con llantos y lamentos en las funerarias o en las humildes viviendas de los fallecidos.
En muchos casos, es el alcohol el que determina los trágicos hechos que llenan de luto los hogares y nos lastiman a los sinaloenses.
Sabemos de antemano que desde nuestro nacimiento comienza a correr el tiempo para nuestra muerte, y que Dios dispone el momento y las circunstancias en que nuestra vida termina.
Pero sigo sin acostumbrarme. Me causa pavor la llegada de la Semana Santa y cruzo los dedos para que resulte blanca, aunque por dentro se de cierto que no será de la manera que quiero suceda.
En mi familia no hay bajas hasta el momento.
Parece que cruzamos la línea divisoria entre la vida y la muerte y somos bendecidos con poco o mucho tiempo antes de rendir tributo.
La pasamos en casa y en sana paz.
Hubo alegrías por cumpleaños. Lo festejamos sin caer en los excesos y para nuestra fortuna todo en orden y felicidad.
Lamentable a todas luces los 21 muertos en Semana santa.
De la manera en que haya sido, no merecían abandonar nuestro mundo.
Esperemos que nuestro señor los reciba en sus dominios y que sus familias puedan encontrar la resignación.
No podemos culpar a ninguna autoridad.
Estuvieron al pie del cañón mientras los ciudadanos daban rienda suelta a la hilacha y eso es de reconocerse.
Las familias de los agentes de autoridad no tuvieron la dicha de vacacionar en su compañía.
Gracias a todos por su esfuerzo.
Accidentes, ahogados y asesinados, pusieron los moños negros e impidieron la felicidad completa en nuestro Estado.
Me mueve la esperanza para la siguiente.
Gobernador y Presidentes Municipales son garantes de nuestra seguridad y hacen todo para que gocemos en sana paz.
La responsabilidad ciudadana queda en entredicho.
Accidentes y ahogados actúan con imprudencia.
Los asesinatos son por otras causas.
Un solo muerto en Semana santa sería lamentable.
Entramos en pánico con 21.
Historias de vida y muerte se dan en vacaciones.
Lo lamento sinceramente.
Hasta mañana.
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