Llega la gringa después de efectuar un casorio y para entonces ya eran casi las ocho de la noche y nos sirvieron dos platos de barbacoa.
Antes le habíamos dado mate a una ración de trocitos de sandía, dulces como ningún otro que hubiera pasado por mi paladar.
Esperé a la Oficial del Registro Civil para que no cenara sola.
Habiendo dado tramite al platillo fuerte, Trinita nos tenía la sorpresa de una calabaza arota o sehualca que nos hizo la delicia como postre.
Se arrancan las habladas después de esa comida cena y no paramos hasta agotar existencias.
Me venció el cansancio y lo mismo pasó con la mamá de Hernán Cuevas y pedimos permiso para retirarnos, no sin antes recibir la invitación de la gringa, para desayunar en el Hotel La Misión que es famoso por sus desayunos, comidas y cenas.
Toño Sosa lo remodeló a conciencia y es referencia obligada de los turistas que visitan Mocorito.
Plantados en el comedor del hotel, en punto de las 9.30 am del domingo treinta de octubre del año que corre, muy aprisa, por cierto, pedimos a nuestra anfitriona que nos sugiriera los platillos.
Estuvimos presentes los mismos de la tarde anterior, a excepción de Hernán Cuevas que salió del pueblo por asuntos muy personales con rumbo al vecino Estado de Sonora.
Hernán nos brindó su casa para que pasáramos la noche en compañía de doña Bina y dormimos espléndidamente y listos para el día siguiente.
Antes de mi entrada al hotel la Misión, visité a un gran amigo que me surte del mejor chilorio que hasta la fecha he tenido en mis reservas caseras.
Lindo-Lindo me recibió con gran algarabía y nos dimos un abrazo de grandes camaradas.
Me obsequió una dotación del chilorio y un exquisito queso.
Se negó a cobrarme y le agradezco infinito su deferencia.
La gringa nos atendió en todo lo alto y nos explicó que su hermano produce lo que se consume en el restaurante.
Son productos orgánicos y de mucha calidad.
Las verduras son frescas y los pollos recién llegados de la granja.
Nos contó de un producto que será de exportación y cuya marca será registrada como PUERCOS MANÍ, debido a que son alimentados con cacahuate y cerveza y la carne es de calidad incomparable.
Hay la promesa del productor y empresario de hacerme llegar una muestra del producto para que constate la exquisitez de la engorda.
Es un producto para exportación y para algunos lugares gourmet de nuestro País donde se puedan pagar los precios de la carne maní.
Dejamos que la gringa condujera la conversación mañanera, no hay nadie mejor para esos menesteres que nuestra anfitriona.
Dos horas gozando de la compañía de la gringa, el chapo Gómez, Trinita, Julieta, doña Bina, María Isela mi esposa y el que esto escribe.
La próxima reunión quedó fijada para Culiacán y me tocará ser el anfitrión de los mismos que asistimos a la casa de la Maestra Trinita.
La fecha quedó pendiente.
Muchas gracias a todos.
La belleza de Mocorito aumenta con la compañía de mis amistades que nos reciben con gran cariño.
Siento como si fuera mi casa.
Trataré de corresponderles en su momento.
Hasta mañana.
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