Me cansa escribir que hay violencia extendida por todos los rumbos del Sinaloa de mis amores.
No quiero que existan riesgos para nadie.
Me niego a leer las portadas y paginas interiores de los periódicos chorreando sangre.
Anhelo que vuelva la paz en nuestra tierra.
Me enferma vivir en la intranquilidad.
Y nada puedo hacer.
Es mi impotencia la que me saca de quicio.
A mi alcance veo un sobre de Splenda y para nada endulza el mal genio que cada día se convierte en pesada carga.
Me molesta señalar al inútil de Andrés Manuel que se pasó su sexenio en culpar a otros de lo que jamás pudo resolver.
Francamente desastroso.
Pero hay muchísima gente que le agradece la lana bimestral que se recibe y que piensa que salió del bolsillo del expresidente.
Eso es lo que les interesa.
Los casi doscientos mil asesinados en sus seis años para nada cuentan.
El millón de muertos por la ineficacia de la atención del Covid les vale madre.
Todo se reduce a la limosna electoral, y punto.
Me paso día tras día tratando de encontrar algo que me proporcione felicidad y mis deseos no se cumplen.
El desastre me agobia y la tranquilidad vuela en pedazos.
¿Hasta cuándo se animará señora Sheinbaum a poner el orden?
¿Acaso es un saco demasiado grande para la doña?
¿La están forzando a renunciar a la presidencia?
Me llena de coraje lo que le sucede a México.
Hasta la familia completa del Chapo Guzmán pidió asilo a las autoridades de los Estados Unidos.
No se sienten seguros en su tierra y emigraron.
¿Y a nosotros quién diablos nos puede proteger?
Eso pinta lo que nos ha tocado vivir a los sinaloenses.
La familia completa del Chapo fue admitida y a la gobernadora de Baja California y a su consorte les cancelaron la visa.
Algo gordo cocinan los funcionarios de Donald Trump.
Cancelar la visa a una gobernadora no es cualquier cosa.
Así se las gastan por allende las fronteras.
¿Qué político mexicano de alto nivel es el siguiente?
Todo es cuestión de tiempo.
La familia del Chapo ya está a salvo.
Con todo y chivas fueron admitidos y con dinero suficiente para pasarla a todo dar por aquellos rumbos.
Nosotros seguimos a riesgo.
Y ni quién nos auxilie.
Así el abarrote y nosotros comprando.
Hasta mañana.
Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.