Soy muy salado por lo visto.
Uno de los malditos hoyancos que tiene la carretera libre entre Culiacán y Guamúchil le partió en toda la madre a la llanta derecha de mi Mazda 3.
Se llevó entre las patas al rin que quedó todo doblado.
Mi frustración era más que evidente y un ángel de los que nunca me abandonan se paró a nuestro lado y me auxilió en toda la línea.
Davis López es su nombre y Médico dermatólogo de profesión.
Mi reconocimiento para este enviado del cielo que sudó la gota gorda para quitar y poner la llanta de mi carro.
Empapado de sudor de pies a cabeza terminó su labor.
Su destino era la ciudad de Guamúchil y lo esperaban pacientes para consulta.
Lo visitaré pronto para agradecerle debidamente su altruista labor de carretera que nos sacó del apuro a este su servidor y doña Isela mi esposa.
CAPUFE no responde por estos daños y le corresponde a la Secretaría de Comunicaciones repararnos el daño causado por el hoyanco.
Tengo la nota de la llanta adquirida y la foto del rin dañado.
El comentario que me hicieron. “No le hacen caso a la Suprema Corte de Justicia y ya sabrás las carcajadas si reclamas.
En fin, todo sucedió a la altura del kilometro 62 o 64 de la carretera internacional al transitar de sur a norte entre las ocho y nueve de la mañana.
Apenas alcancé a aflojar un birlo y casi caigo infartado.
Un calor de la chingada y muy pocas fuerzas que me quedan.
Comenzó mal el viaje y no gocé en lo absoluto de mi estancia en la ciudad de Los Mochis.
Gasto no programado que te merma el bolsillo y te recorta lo placentero de la estancia en la cañera y querida ciudad.
Fui recibido con grandes honores culinarios por mi gran amigo y hermano por adopción el Dr. Guadalupe Davison Lara.
Al siguiente día visité muy de mañana el Restaurante El Bucanero para tomar café en compañía de Arnoldo Davison y su hermano Guadalupe.
Me pusieron al tanto de lo que ha sucedido en Mochis y hablamos de la gente como debe ser una charla de amigos.
Ayer domingo, de nuevo me dejé caer por el Bucanero y ahora con ampliación de cafeteros y la presencia de la Abogada Lupita Davison Corrales, a quién su primo Arnoldo, que la hace de cupido, busca amarrar noviazgo, y quizá la boda, entre Lupita y el popular periodista Chavita Mercado.
Esa fue la novedosa nota y me dejó pensativo.
Chavita es soltero empedernido.
Tiempos traen tiempos dicen los poetas de la canción.
Una pésima nota, la de mi gran amigo Samuel Germán. Su vida pende de un hilo y a punto de extinguirse.
Todo un personaje de mis tiempos de la vagancia y bohemia en la bellísima ciudad de Los Mochis.
Hay gran preocupación, y genuino lamento, por la salud de Gerardo Vargas Landeros y su esposa.
Los sueños de Gerardo ser Senador y luego Gobernador de Sinaloa.
Tiene todos los merecimientos.
Hasta mañana.
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