La información que nos llega y los hechos mismos dejan en claro que Rubén Rocha Moya opera otra narco elección en Sinaloa.
Persigue opositores para hacerlos renunciar y hasta “convencerlos” de que se sumen con Morena.
Abusa de su poder como gobernador y negocia con criminales para quitar y poner candidatos.
Muy bien sabido es que en nuestro estado desde hace buen rato la justicia no existe porque no responde a nuestras leyes sino a los intereses de la putrefacción de cuarta.
Encontramos novedades que nos hacen recordar que hace tres años Rocha Moya llegó a la gubernatura con el abierto respaldo de los narcos.
El miserable que nos desgobierna es, con enorme descaro, el jefe de campaña de morena.
Con absoluta impunidad matan políticos y candidatos a lo largo y ancho del país.
Primero la renuncia de José Alfredo López Castro como candidato opositor, postulado por el Partido Sinaloense, a la presidencia municipal de Mocorito.
Ayer, la declinación por parte de Manuel Antonio Pineda Domínguez como abanderado del PAN a la alcaldía de El Rosario.
En ambos casos los motivos fueron “problemas familiares”.
La realidad es que a cada uno de ellos les llegó la misma amenaza: guerra o paz; declinar como opositor y alinearse con Morena, o se los lleva la fregada.
Obvio que no lo admitirán expresamente, porque están advertidos.
Y el narco gobernador negará también que, como en la elección del 2021, vaya otra vez de la mano con el crimen organizado.
Es un cínico que perdió completamente la vergüenza y no le importa seguirse burlando de la ley y de los sinaloenses.
Habrá que ver cómo reaccionan los partidos opositores, sin que tengamos muchas esperanzas de una reacción decidida y valiente.
El gobierno de Estados Unidos y la DEA, por su parte, tienen en la mira a Rubén Rocha Moya.
Ojalá se animen a actuar y vayan más allá de las filtraciones y exhibidas contra el narco gobernador sinaloense.
LAS ENCUESTAS QUE MATAN DE RISA
No se miden algunas encuestadoras contratadas o arrodilladas ante el payaso de palacio nacional.
Metodologías que eluden cobardemente el rechazo de muchos ciudadanos a emitir su opinión.
No son pocos los que prefieren mentir asegurando que van con la cuatroté o están indecisos.
Muy conocido es que muchas llamadas para “encuestar” terminan abruptamente cuando el ciudadano manifiesta que votará por la oposición.
Los que pagan mandan, y los resultados se dan siempre a favor.
Vender la falsedad de que todo está decidido y que ningún caso tiene salir a votar.
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