Rubén Rocha quiere que Dios le permita seguir asesinando.
Qué cinismo tan descomunal el del gobernador, quien pidió al pueblo rezar para que el Supremo Creador lo mantenga con buena salud.
Apenas porque se ve puede creer uno que Rocha Moya se atreva a tan tremendo despropósito.
De una vez, hubiera dicho la verdad completa: “ruéguenle a Dios que me dé mucha salud para seguir mintiendo, robando y matando”.
No sabe uno si ponerse a reír o a llorar por lo religioso que nos salió de repente.
Esa desfachatez se da en los crecientes rumores de que vendría una renuncia del gobernador “por motivos de salud”.
Dejaría el cargo no porque haya participado en el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda, sino para atenderse de su cáncer de próstata.
Sobre su llamado a que los sinaloenses oren por él, es complacido por miles.
Con el detalle de que no se elevan oraciones por su salud y su vida, sino para que se vaya a la fregada más rápido que endenantes.
Le rezan a Dios para que castigue al asesino.
En vía de mientras, don Rubén dice que no se va, porque según es más inocente que Pepe el Toro.
Sobre la posible renuncia por motivos de salud, todos hemos visto que el ejecutivo está gravemente enfermo, pero de la cabeza.
El criminal busca provocar lástima con el supuesto cáncer de próstata, mientras patalea y chantajea para que lo sucedan su ahijado violín Juan de Dios Gámez o su hija ratera Eneyda Rocha.
NO HUBO RÉPLICA DE VÍCTOR HUGO EL SUPERMÁN
“Soy un hombre de acero”, me dijo hace días Víctor Hugo Aguilar Gaxiola tras anunciarle que en mi Altoparlante contestaría a sus ataques.
Adelantó que usaría su derecho de réplica, y quedó el anuncio de que nos la pasaríamos de respuesta en respuesta.
Me he quedado esperando, o no he visto la primera réplica de su parte.
Recibí gran número de mensajes y llamadas telefónicas de gente que señala a Víctor Hugo como un hombre de lo más miserable.
Uno de ellos sentenció que es “difícil que te conteste porque se arriesga a otra dura madriza”.
Casi todos coincidieron en un señalamiento muy duro: es un traidor con la máscara de que defiende la autonomía universitaria.
Afirmaron que le encanta presumir sus reuniones continuas con el gobernador del estado.
Se jacta de ser un operador morenista en el “rescate” de la UAS.
Que ya se siente con mucho poder e influencia en la “nueva” universidad que asegura está por llegar.
Le pega una que otra raspadita leve a Rocha, como parte de la estrategia simuladora.
Me piden seguir sus opiniones para confirmar las traiciones, pero me da mucha hueva.
Manifesté en mi columna anterior que no creía que Víctor Hugo estuviera de rodillas ante Rocha, pero esos testimonios me obligan a cambiar de opinión.
No puede ser tan infame con esa casa de estudios que le ha dado tanto, afirmé.
Confirmación de que soy un ser humano, con ese y muchos otros errores.
Con una diferencia importante: nunca me equivoco a propósito ni por mala fe, como ese morenista.
Ahí están los muchos señalamientos de que Víctor Hugo Aguilar el amigazo de Rocha se burla de la lucha del maestro Héctor Melesio.
Me pregunto hasta cuándo las autoridades universitarias continuarán ignorando que tienen al enemigo en su casa, pagado y con tribuna.
Porque si el rector se convierte en cómplice, se burla también de la memoria de quien fue asesinado por defender a la UAS.
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