Ante el flagelo de inseguridad que enfrentamos en estos días, la Sociedad sinaloense se encuentra triste, dolida, desesperada, y desconsolada.
TRISTE nuestra sociedad, y en gran medida urgida por recuperar el color de sus calles, el aroma de sus montes y montañas, el sonido de la música, y la carcajada alegre y divertida que da identidad a nuestros pueblos.
DOLIDA y angustiada nuestra sociedad, frente a ese fenómeno social que lastima su alma y la ha ubicado en el limbo de una nostalgia que se regocija con hermosos y mejores tiempos, cuyos ecos se anclaron en el espacio y se han negado a volver a nuestros planos existenciales.
DESESPERADA nuestra sociedad, requiere con urgencia terminar con ese desgarrador sentimiento que marchita sus cada vez más acongojados corazones que claman por el retorno de la siempre esperada y anhelada paz espiritual.
DESCONSOLADA, la sociedad sinaloense sigue sentada e impávida en el sillón del desconsuelo, en espera de las palabras que le regalen las albricias del deseado final de esa violencia que a todos nos ha dañado.
Y en ese marco de lastimosas realidades, el dolor de la Sociedad sinaloense se hace más grande, por entender que LA DELINCUENCIA, causante de todos nuestros males,
paradójicamente y por desgracia, es parte importante de nuestra propia estructura social.
Ante tan grande e innegable evidencia, las preguntas se desgranan de manera precipitada.
¿Dónde descansa la culpa, si se trata de buscarla hasta encontrarla?.
¿ Contra quién tiene que ser la lucha?.
¿Quizá esa cruenta lucha tendría que ser contra nuestros hermanos, padres, madres, abuelos, sobrinos, primos, ahijados, compadres, amigos, vecinos, patrones, socios, clientes, o simples compañeros de trabajo?.
¿Debe ser entonces la lucha “antinarca” contra nosotros mismos, por estar ubicados dentro del universo de las responsabilidades, en calidad de indiscutibles entes omisos de su surgimiento, crecimiento y desarrollo?.
¿Se trata acaso de una lucha de autodestrucción social?.
Negar los hechos es el camino fácil… Aceptarlos, vergonzoso y lamentable.
Creo ante todo, que lo ideal para algunos en aras de la auto exculpación, seria buscar responsables ajenos, y claro, si los encontramos en los ámbitos del gobierno en turno mucho mejor.
En Culiacán Sinaloa se tiene programada una mega marcha de protesta en contra del gobierno del Estado y su mando principal Rubén Rocha Moya, por la violencia que nos afecta.
El gobernador es hoy en día, para sus detractores el villano favorito de la película, titulada por los mismos, como “Sinaloa en llamas”.
Es decir, todo parece indicar que ante la guerra declarada por las fracciones del cartel de Sinaloa, y la ola de inseguridad que el hecho generó, solo existe un solo culpable y ya tiene nombre y apellidos.
Se llama Rubén Rocha Moya, y contra su figura política va encauzada la marcha de protesta del próximo domingo 7 de este septiembre patrio.
Sobra decir y aceptar, que la mega marcha es justa y necesaria en el entendido de que la sociedad tiene que alzar la voz y exigir a sus gobiernos que les brinde la seguridad y paz social que todos nos merecemos y que la delincuencia nos ha robado desde hace 9 meses.
El grito de QUEREMOS PAZ, tiene que resonar por todos los rincones de Culiacán y más allá de las fronteras sinaloenses.
Sin embargo, tras ese entendido me pregunto yo, si el grito de PAZ, tendría necesariamente que ir acompañado del FUERA ROCHA, que algunos activistas ya programan, promueven y alientan entre la gente en aras de golpear la imagen del gobernador.
UNA PREGUNTA.- ¿Hasta dónde favorece a esta importante marcha por la paz, misma que por cierto se anuncia como estrictamente despolitizada y netamente ciudadana, el dejar evidencias de que el fenómeno de la violencia este siendo utilizado para golpear y moverle el tapete a Rocha Moya?.
Y es que, en este tipo de eventos, el camuflaje no aplica para personajes políticamente bien identificados que de todos es sabido son parte importante del movimiento de protesta.
No se puede poner en duda que estos señores y señoras están en su absoluto derecho de salir a las calles a protestar contra todo tipo de gobernantes, sin embargo, nada les cuesta hacerlo de manera abierta y sin esconder su mano golpeadora.
Lo derecho y ético seria decir… “Aquí estoy, Yo soy Juan Camaney, y vine exclusivamente a la marcha para exigir al gobierno que nos regresen la paz social.
Pero la verdad es que la mano escondida mueve la cuna, para despertar y hacer llorar al plebe, lo que ya logro.
Las evidencias hablan por sí solas… Y es que al grito de “QUEREMOS PAZ”, ya se sumó el “FUERA ROCHA”, y acaban de agregar, “AL GRITO NO”, este último en alusión a la fiesta cívica del grito de independencia programado para el 15 de septiembre, y al cual los detractores del gobernador buscan boicotear.
Son hasta el momento TRES GRITOS programados, por lo que, si le sumamos al que ante viento y marea dará el gobernar Rocha Moya en el balcón principal de Palacio de gobierno, tendremos la oportunidad de escuchar CUATRO GRITOS.
A menos claro, que para el cabalístico domingo 7 se sume una nueva frase de protesta… Nos veremos enseguidita.
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