Por estos si votaré en caso de que haya elecciones
en el 2024.
Dos personajes de la política mexicana, que según mis estimaciones merecen ser presidentes de México.
No daría mi voto a la Claudia Sheinbaum o al Secretario de Gobernación Adán Augusto López.
Me chocan nomás al verlos, y en el remoto caso que supieran contar, definitivamente que no cuenten conmigo.
Marcelo se ha conducido de manera impecable en la Secretaría de Relaciones Exteriores, a pesar de tener que lidiar con los exabruptos de Andrés Manuel en contra de la política de Los Estados Unidos y de Joe Biden.
Lo conocí en el 2010 durante la campaña de Mario López Valdez para Gobernador de Sinaloa.
Marcelo vino a darle su apoyo a Malova y fue atendido por Gerardo Vargas Landeros y de ahí surgió una amistad que según mis cálculos se encuentra vigente.
No quiere decir que Marcelo sea la corcholata del Presidente Municipal de Ahome y por tanto me abstengo de opinar al respecto.
Con todo el gusto del mundo proclamo que Marcelo Ebrard sería mi corcholata favorita en el proceso interno de Morena.
Si me dejaran votar, lo haría con gusto por el Secretario de Relaciones exteriores y para nada ocultaría mis preferencias.
La encrucijada se daría en caso de que Marcelo fuera el candidato de Morena y Ricardo Monreal apareciera en las boletas por alguna alianza distinta a los designios del presidente de México.
Me dejarían titubeante y deshojando la margarita hasta el momento de llegar a las urnas y depositar mi voto.
Admiro mucho a Ricardo Monreal y respeto en grado sumo la personalidad de Marcelo Ebrard.
En su momento, tendrán mi definición si algo así llegara a suceder en el 2024 y creo que la pensaría más de dos veces antes de emitir el sufragio.
Lo digo desde ahora, que si el PRI no postula a uno de estos personajes para que vayan por la alianza VA POR MEXICO, jamás el tricolor contaría con mi voto y el de mi familia que me sigue en los procesos electorales.
Ricardo o Marcelo y nadie más.
Es fijación que tengo y para nada me harán cambiar de postura electoral.
Me siento fuerte y poderoso cuando expreso abiertamente mis preferencias, eso me hace distinguirme de los comodines, que jamás se las rifan con alguien y al termino del proceso manifiestan que el ganador era su gallo.
Les va muy bien a este tipo de ciudadanos.
Viven siempre prendidos de la ubre y con el respeto de los que llegan al poder y los cobijan.
Marcelo o Ricardo.
Nadie más.
Hasta mañana.
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