Quieren obligarnos a ser sexualmente “diferentes”

Dirigido por un legislador homosexual que no se atreve a salir del clóset, el Congreso de Sinaloa protege abusadores y quiere obligarnos a ser sexualmente “diferentes”.

De locura, los extremos a los que se atreven a llegar desde la Comisión de Igualdad de Género y Familia, con una presidenta que trabaja sólo a favor de los intereses gay, lésbicos, bis y transexuales.

Ninguna exageración hay en el señalamiento de que quieren una mayoría LGBT.

Le meten muchas ganas.

Lesbiana confesa, la diputada Almendra Negrete, “temblando de coraje” y según ella muy digna, insultó y repudió a los invitados a un conversatorio organizado por la cámara local.

Acusó que “se tortura niños; se les quiebra el alma; se les rompe el autoestima”; abundó que “ustedes nos han roto” y aseguró que como comunidad LGBT “nosotros protegemos a los niños, de ustedes”.

Les remató que “no vamos a permitir que bajo una falsa moral y una hipocresía se sigan torturando nuestras infancias”.

Encabeza ella una iniciativa ya aprobada en comisiones para criminalizar las terapias de conversión y las pláticas de orientación sexual a menores de edad.

La pretensión absurda de convertir en delito que los padres de familia orienten a sus hijos a ser hombres y a sus hijas a ser mujeres.

Encarcelar a los religiosos y a los psicólogos que cometan el “acto criminal” de orientar sexualmente a nuestros niños.

Así de locos ella y su protector el diputado Feliciano Castro Meléndrez, frustrado mariscal de la diversidad en Sinaloa.

Si un papá o una mamá se preocupan porque sus hijos tengan una sexualidad bien definida como hombre o como mujer… ¡esos padres son unos delincuentes!

Cada vez son más las voces que demandan se destituya a la diputada ratera Almendra Negrete como presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y Familia.

O para ser congruentes, que le cambien el nombre a Comisión de la perversión sexual.

Puntualicemos primero lo de que es una legisladora ratera, porque demostrado está públicamente que cobró buen número de meses como maestra, sin dar clases.

Es muy cínica y muy desvergonzada, y ninguna pena le da.

Y lo de la perversión, cargan en el congreso estatal con el estigma de imponernos y mantener como alcalde de Culiacán a un Juan de Dios Gámez Mendívil acusado de ser abusador sexual y corrupto.

Va junto con pegado, pues.

Aunque no sale del clóset, Feliciano Castro protege a sus congéneres sin importar que sean delincuentes.

Ahí está el problema, sin duda alguna muy grave.

No hay en esta columna ninguna actitud homofóbica.

Vivamos nuestras vidas, con respeto a los demás.

Estamos completamente de acuerdo contra los métodos violentos en las terapias y orientaciones.

Defendemos el derecho de los padres de familia a velar por la felicidad de sus hijos.

Es también una obligación.

Por eso nuestro repudio total a la pretensión de vulnerar las libertades de la familia.

El absurdo de querer imponer sus doctrinas y llorar porque nos rehusamos a permitirlo.

Si en el Congreso de Sinaloa de verdad estuvieran preocupados por defender los derechos sexuales de los sinaloenses, ya hubieran desaforado al alcalde de Culiacán.

No corrigen porque son puros hipócritas y farsantes que solapan delincuentes y atacan las libertades del pueblo que de verdad es bueno.

Comenzando con Feliciano, el líder del cártel de los perfumados.

Esa falsa justicia, de solapar las ilegalidades de los amigos y perseguir a los demás nomás por el “delito” de pensar diferente.

Pendientes.

 

MÁS AMPAROS PRO UAS, Y LOS SEGUIRÁN BURLANDO

 

A propósito del congreso local, acaba de perder otra batalla legal.

La justicia federal ratificó los amparos a favor de la UAS en contra de la ley de educación superior.

Para lo que les importa.

Seguirán los diputados burlándose de la ley, con el riesgo de que los declaren en desacato y los castiguen con la destitución.

Se sienten intocables, los ternuritas irresponsables.

 

NO HABLAR DE ELECCIONES, ORDENA TRIBUNAL A AMLO

 

Por unanimidad, el tribunal federal electoral confirmó las medidas cautelares en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, que le prohíben cualquier expresión vinculada con temas electorales.

Y el dictador volverá a pasarse esas medidas por el arco del triunfo.

Ha sucedido una y otra vez, porque las autoridades electorales se quedan una y otra vez en los regaños formales y públicos.

Es el México del “a mí no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.

Un mal ejemplo que cunde a lo largo y ancho del país.

Por eso estamos obligados a sacarlos a patadas, por el bien de todos.

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Partida
Juan Manuel Partida Valdez

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