Trágicamente perdió la vida Héctor Melesio Cuén Ojeda que ejerció un férreo control en todos los ámbitos de nuestra querida institución.
El Dr. Jesús Madueña Molina es el Rector hasta el 2025 de patas cortas y para nada firmes.
Es un papalote con larga cola, para sostenerse con vientos de poca intensidad y su figura quedará plasmada en un cuadro enmarcado y sin leyenda de trascendencia para los universitarios.
El recuerdo de Héctor Melesio campeará por todos los rincones de la casa Rosalina y los viejos moriremos sabiendo quién fue y lo que hizo dentro del aula y fuera de ella.
Algunos lo llevaremos con cariño.
Otros con gran resentimiento.
No cabe la indiferencia tratándose de Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Pero todo tiene un final y Madueña se encargará de sepultar todo lo significó el que fue asesinado arteramente.
El crimen quedará impune y la familia guardará silencio absoluto de acuerdo a las circunstancias que privan.
Les conviene callar y así lo entienden.
Encontrar culpables no le devolverá la vida.
Tuve el honor de tratarlo y no formé parte de su entorno político, debido a la fijación que tengo de permanecer en el PRI, a pesar de que hoy parece ser una chira colgada de un palo de escoba.
Melesio siempre conoció mi manera de pensar y jamás hizo presión para que me incorporara a su amado PAS.
Lo respeté y me respetó y jamás hubo discordancias que pusieran en peligro nuestra amistad.
Cada quién por su lado.
Así fue desde que lo conocí y nos funcionó todo.
Se fue un líder de inmensa categoría y quién sabe cuándo llegará otro que llene sus zapatos.
La vida académica tiene que continuar y veremos que hace este señor que cobrará como Rector hasta el 2025.
No espero mucho brillo de Madueña.
Pero quisiera equivocarme y que resultara un león rasurado que impulse a la institución y la defienda con honor.
Ya no habrá desacuerdos entre Universidad y Gobierno de Sinaloa y los nuevos horizontes aparecerán pronto.
Dos tiempos de la Universidad: con Melesio y sin Melesio.
Se acaban los gritos y los aplausos llegan.
Es la vida y tenemos que entenderla.
Descanse en paz Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Que nuestra universidad supere el trance y que siga creciendo hasta la cúspide.
Hasta mañana.
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