PRIMERO.-¿Si quiere convertir a México en estado asociado de la unión americana que número nos correspondería?
SEGUNDO.-¿Si con ello dejaría de considerarnos como criminales y con todos los derechos de los ciudadanos de su país?
TERCERO.-¿Si nos respetara nuestra calidad de pensionados, pero ahora pagando en dólares el monto que tenemos y con la paridad de uno por uno?
CUARTO.-¿Si nos dejaría conservar como símbolo patrio nuestra bandera tricolor y nuestro hermoso himno, o tendríamos que rendir honores a su bandera y cantar las estrofas de su himno?
QUINTO.-¿Si al considerarnos Estado asociado, desde ese momento Los Estados Unidos serían vistos en el mundo como productores de fentanilo?
No tengo idea si fuma el señor Trump y que hierba le enrollen para soñar tantas barbaridades y expresarlas sin rubor alguno.
Me gusta visitar el país que gobernará los siguientes cuatro años Donald Trump, pero jamás aceptaría las tonteras con las que amenaza a Claudia Sheinbaum.
Es una bestia enloquecida la que tendrán que lidiar nuestras autoridades y los compadezco.
Pensaron que ganaría Kamala Harris y con ella un mejor trato y entendiéndose de mujer a mujer.
A Donald Trump le tienen miedo los ciudadanos de las barras y las estrellas y con esa medida me quedo como mexicano.
Claudia Sheinbaum tendrá que reinventarse para hacer frente a la avalancha de odio que nos llegará desde nuestras fronteras del norte.
Yo sí tengo pavor de lo que tiene planeado Donald Trump para nuestro amado y sufrido país.
La bestia norteamericana no tiene límites en sus caprichos y nadie osará atravesarse para defender a México.
Las grandes potencias se dividen al mundo como si fueran pedazos de pastel y se respetan sus platos.
México, para Donald Trump, es solo un bocado en la geografía del planeta y sus botas las puede plantar en el territorio nacional a la hora que le venga en gana.
Se acerca enero del 2025 y comenzará nuestro calvario.
El gabinete que anuncia el siguiente presidente de Gringolandia es de puros terroristas del corte de su jefe.
Ninguno nos verá con ojos de compasión y sus ideas las impondrán a sangre y fuego con la venia de sus congresistas y senadores que son del mismísimo corte de pensamientos.
Yo sí tengo miedo a los siguientes cuatro años de vecindad.
Ruego a mi Dios para que ilumine a nuestro gobierno y se haga respetar como país soberano.
Pero hay muchas dudas y temores.
Los de allá le tienen miedo y a nosotros nos envuelve el terror de lo que será la relación de Claudia y Donald.
Es una bestia cargada de poder.
Hasta mañana.
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