El pasado lunes inició en México la X Cumbre de Líderes de América del Norte, un evento que desde 2015 permite a los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México, reforzar sus contactos políticos y la cooperación económica, al más alto nivel.
Este año, la Ciudad de México es la sede que recibió al presidente de Estados Unidos de América, Joe Biden, y al de Canadá, Justin Trudeau, así como a sus respectivas esposas, donde, acorde a lo mencionado en día pasados por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, por parte de nuestro país se tratarán temas como la diversidad, equidad e inclusión; medio ambiente; competitividad con el resto del mundo; migración y desarrollo; salud, y seguridad común.
Es así que estos mandatarios, de la mano del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tendrán la oportunidad de reunirse de manera trilateral para llegar a acuerdos mutuos, pero también realizarán reuniones bilaterales en las que tratarán en privado los temas más importantes en sus respectivas agendas.
La trascendencia de esta cumbre es muy relevante y no sola considerando que el presidente Joe Biden es el primer líder estadounidense en visitar México en casi una década, sino por la urgencia de los temas a tratar para nuestro país, precisamente con este vecino del norte.
Uno de los más importantes es sin duda el tema de la migración, respecto al cual, en el período previo a ese viaje, Biden anunció un cambio importante en la política fronteriza, la cual permitirá que Estados Unidos regrese a la frontera de México a 30 mil migrantes de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití por mes. Actualmente, las personas de estos cuatro países constituyen la mayoría de los migrantes que cruzan la frontera.
Tengamos presente que la forma de Biden de afrontar los problemas de seguridad fronteriza ha generado críticas considerables de los defensores de los inmigrantes y los grupos de derechos de los refugiados, quienes dicen que los cambios son inhumanos y recuerdan el enfoque de Trump.
Por otra parte, está el tema de la seguridad y el combate al narcotráfico, frente al cual Biden ha expresado su preocupación. En este sentido, destaca que hace unos días, las fuerzas de seguridad de nuestro país atraparon a uno de los hijos del encarcelado exjefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán. El hijo, Ovidio Guzmán es un presunto narcotraficante buscado por Estados Unidos.
Y es que, de acuerdo con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) el fentanilo se ha convertido en la droga más mortífera en EE. UU., del cual la mayor parte es traficada por los cárteles de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, dos terceras partes de las 107 mil muertes por sobredosis en 2021 fueron atribuidas a opioides sintéticos como el fentanilo.
Además de estos temas urgentes, la cumbre es sin duda una oportunidad para impulsar la competitividad económica de América del Norte y ayudar a promover el crecimiento y la prosperidad de México.
Es importante que nuestro país apuntale el tema del “nearshoring” con los vecinos del norte, ya que México se beneficiará a medida que las empresas estadounidenses reconsideren sus relaciones con China, tanto por la proximidad geográfica, así como por los acuerdos comerciales existentes, los cuales pueden incentivar que las fábricas estadounidenses se reubiquen al sur de la frontera.
Recordemos que Estados Unidos, México y Canadá tienen signado el Tratado del Libre Comercio que se actualizó en 2020, en el cual ha destacado la prohibición del acuerdo comercial de importar bienes fabricados mediante trabajo forzoso, un tema que resalta las tensiones que EE. UU. tiene con China.
Los analistas de Bank of America estimaron en octubre que México podría aumentar su comercio hasta en un 30% si más cadenas de suministro regresaran a América del Norte. Su informe señala que ya había habido un aumento en la fabricación mexicana a medida que los legisladores y las empresas de EE. UU. se enfocan cada vez más en llevar más comercio a los países aliados que están cerca de los consumidores estadounidenses.
Esto representa una gran oportunidad para mejorar la economía mexicana que se encuentra sumamente mermada por la pandemia de COVID-19, el reacomodo geopolítico, la guerra Rusia-Ucrania y la elevada inflación nacional.
En este sentido es que será pertinente que los tres líderes también discutan el decreto “Buy América” firmado por Biden, que busca impulsar la compra de productos estadounidenses, siempre que sea factible, y que con ello se cierren las oportunidades de exportación para países extranjeros como México y Canadá.
GOTITAS DE AGUA:
Habrá otros temas de gran interés como lo son la legislación energética, el cambio climático, los autos eléctricos, la producción de maíz; sin embargo, esta cumbre se vislumbra como una gran oportunidad para que México deje en claro las ventajas competitivas que lo hacen el mejor aliado para los vecinos del norte en los próximos años y en las que no escapan las oportunidades que podrían surgir para entidades como Sinaloa con una clara vocación para el nearshoring, que le aseguraría un crecimiento económico para al menos los próximos 10 años. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
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