Un año trabajoso, con situaciones políticas de mucho revuelo y que ha tenido que resolver cargando sobre sus hombros con toda la responsabilidad, tal y como corresponde a un ejecutivo de carácter.
Jamás se le ha conocido piel aterciopelada y sus puños muestran marcas por dientes que han caído a sus impactos.
Es de mecha corta y lo pone de manifiesto.
Sus comunicadores se encargarán de ponernos sus obras materiales y humanas
a la vista.
A nuestro Gobernador le tocará la efervescencia política de finales del 2023 y casi todo el año del 2024.
Serán tiempos de elecciones. Los resultados que arroje Sinaloa para su partido de la cuarta transformación, le darán el estatus ante la ciudadanía que vota y elige a los que le da la gana en su momento.
Veremos para cuanto le alcanza lo que nos toque del presupuesto federal y lo que se recaude a nivel Estado.
Es hombre disciplinado.
Manejó a la Universidad Autónoma de Sinaloa y eso no es cualquier cosa.
No me tocó tratarlo en aquellos tiempos.
Pero hay quienes me dan referencias que me norman el criterio.
No me importa de que partido sea el que me gobierna. Siempre contará con mis buenos deseos y apoyaré todo lo que haga crecer a mi Estado.
Salió muy bien calificado en reciente encuesta de corte nacional.
Dijeron que es el mejor de todos los Gobernadores.
Un año pacificador.
Le costó tiempo y trabajo y sigue acumulando puntos.
No le pidan que le tire patadas al pesebre.
Rubén Rocha Moya llegó encabezando la candidatura a Gobernador por el partido de Morena y no romperá lanzas con el Presidente de México.
Sus lineamientos políticos son coincidentes con lo que proclama la cuarta transformación y así nos ha tocado vivir a los sinaloenses.
Estemos o no de acuerdo, a Rubén Rocha Moya no le podemos pedir que haga a un lado su manera de pensar y tampoco nos puede pedir a nosotros que modifiquemos nuestra manera de llegar a conclusiones.
Buscaremos la forma de coincidir, pero no dejaremos de lado nuestras diferencias y creo que es lo sano y conveniente.
Me tocó vivir los tiempos de la alternancia y eso es un capital político invaluable.
Malova llegó por medio de una alianza de partido encabezada por el PAN y quebró la hegemonía priista.
Volvió a ser priista con Quirino.
Rocha Moya de nuevo tumbó al PRI y sus aliados.
Lo que venga no podemos saberlo.
Si Rubén Rocha Moya deja buenos cimientos, es posible que MORENA siga por varios años gobernando a Sinaloa.
Hasta mañana.
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