Con montones de ridículas maromas, la cuatroté y sus aplaudidores proclaman “victoria” pero los hechos son claros y nos dicen que Claudia Sheinbaum se volvió a doblar ante Donald Trump.
El presidente de los Estados Unidos le tiene perfectamente tomada la medida y la agarra siempre como piñata.
Una y otra vez, el mismo círculo vicioso.
Míster Trump amenaza con medidas que pintan como muy duras, como pura estrategia de presión.
Sheinbaum Pardo sabe muy bien que los gringos simulan y alardean.
Por eso la chacha de palacio agarra pose de que tiene todo bajo control, mientras decide lo que tendrá que entregar.
Y como lo que se supone que era lo “principal” no se aplicó, entonces nos gritan que la presidente dobló “otra vez” a los gringos.
Pero lástima, Margarito.
Doña Claudia ha perdido todas.
Por eso no les queda más que repartir atoles.
Como cuando rechazó que aviones y barcos estadounidenses anduvieran en territorio nacional.
Tres doritos después, dijo que siempre sí pero que no había nada ilegal porque “tienen permiso del gobierno mexicano”.
Siempre doblada, ocultando hasta donde puede la realidad mientras nos cacarean que se hace respetar la soberanía y la independencia de nuestro país.
Ayer volvió a suceder.
Estados Unidos dejó pendientes los aranceles adicionales.
El bluf se mantiene, porque le puso otra paliza en otros asuntos.
Lo más importante y lo más evadido es un próximo acuerdo de seguridad para combatir al narco y al tráfico de armas.
Lo del tráfico de armas, entendamos, es pura vacilada y sirve a modo de justificación para la narco presirvienta de la república.
México continuará pagando un arancel del 25 por ciento al tráfico de fentanilo, del 25 por ciento a los automóviles, y un arancel del cincuenta por ciento al acero, aluminio y cobre.
Aparte, el presidente norteamericano informó que México acordó terminar sus barreras comerciales no arancelarias, “de las cuales había muchas”.
Otra cesión, pues.
Reiteremos que la doblada principal de doña Claudia está en el anunciado acuerdo de seguridad binacional para combatir al crimen organizado en México.
Para nadie es un secreto que Sheinbaum sigue siendo cómplice de los narcos.
Ahí está su condena de que “le tiene tanto miedo a los cárteles que no puede pensar con claridad”.
Cierto que Trump ha sido algo paciente en sus exigencias de actuar contra los narco políticos mexicanos, pero su tolerancia no será eterna.
Seguirá con el bluf de los cebollazos a nuestra presidente de que hay una “mejor colaboración”.
Mientras continúa con sus amenazas, en espera de que la rendición mexicana.
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