Sólo en una dictadura como la que vivimos puede verse a la presidenta como una ratera vulgar.
Tremendo atraco apoderarse de 2.4 billones de pesos que son de particulares.
Son ahorros de 77 millones de trabajadores en el INFONAVIT, con nombres y apellidos.
No son fondos del gobierno, y Claudia Sheinbaum Pardo es la descarada ladrona.
Qué manera de hacer historia, apropiándose de los dineros del pueblo.
Tengo que repetir mi sospecha de que la presidenta no vive en sus cinco sentidos.
Sólo borracha o drogada puedo entender que se atreva a exhibirse de manera tan cruda como una criminal, ante toda la república.
Con una tercera opción: está completamente loca.
Porque el valemadrismo es total.
Hay quienes luchan para que se suspenda el robo, y ojalá lo consigan.
Mientras tanto, la narrativa oficial nos dice que la presidenta ratera está haciendo cosas formidables en beneficio del pueblo.
BIEN PASEADO Y BIEN ZURRADO, EL WILLY
Va de nuez.
No podemos dejar de responder a las desvergüenzas de Wilfrido Ibarra Escobar.
Como buen neo morenista, vive ahora de los otros datos y los presume con fingida dignidad.
Al cierre del programa Punto universitario de ayer, se aventó una dizque reflexión que es una joya por sus barbaridades.
Les comparto un video con esa parte:
“No hay que tener la piel tan delgada” máxime “cuando en nuestras trayectorias de unos lo que hacemos es golpear, denostar, ofender”.
Es un auto retrato en el que incluye a sus compinches porque habla en primera persona del plural, aunque intentó atacar de nuevo a quien esto escribe.
Aún con su error, he demostrado que tengo mucho aguante y la piel bien curtida por los ataques de los intolerantes y traidores.
Sobre quién golpea, denuesta y ofende, hay veracidad en su uso de la primera persona.
Recordemos que muchas veces el mismo Wilfrido Escobar me invitó a ese programa y me elogió como un periodista valiente y ejemplar que siempre dice la verdad.
Yo sigo siendo el mismo, él cambió de manera radical para traicionar sus propias consignas.
Después soltó ayer con todo cinismo que “no nos podemos escudar en la libertad de expresión”.
Se le olvidó que él refiere su libertad de expresión, al atacarme a mí y a otras personas.
O sea que sólo vale para él, pero no para los demás.
Ha realizado ataques repetidos, siempre con esa misma cantaleta y su negativa de permitir la réplica.
Un cierre de locura como amenaza de que “el que se sube al carrito, se pasea”.
Quizá crea que me mata del miedo, cuando lo único que provoca son más carcajadas.
Por mí, encantado; ya veremos de qué cuero salen más correas.
Mientras no se cansen de atacar sin razón, seguirán siendo exhibidos en sus mentiras.
Advirtamos empero que sin querer queriendo volvió a referirse a su persona.
Una y otra vez, incluso en sus propias publicaciones y hasta en mensajes a su teléfono, ha sido paseado y exhibido como traidor, mentiroso, rufián y miserable, por citar sólo algunos señalamientos.
Se puede ver en las redes sociales, y él mismo lo confesó en sus transmisiones.
A nadie se le olvida lo que todos los días acusó, y sus ridículos de que dijo mi mamá que siempre no.
Hace poco denostado como lo peor de lo peor, Rubén Rocha Moya es ahora un gran sinaloense al que le lamben sin descanso y están a punto de ponerle un Oxxo y un depa.
Por eso el Willy vive como palo de gallinero, lleno de caca cada vez que sale con sus otros datos.
Se va a saber si en respeto a la constitución se le obliga a concederme el derecho de réplica.
Y en ello, si se atreve a estar ahí para decirle lo que se merece, de hombre a hombre.
Bueno, así se dice esto último.
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