Sobre el Camino

Oxigenar la política…

En las democracias, la política pertenece a la ciudadanía y es indispensable participar.

En medio de la polarización política y social más grande que hemos vivido en mucho tiempo, es poca la gente que se detiene a reflexionar sobre esto.

Pero, ¿por qué la polarización? Creo que todos y todas queremos un México sin pobreza, sin violencia, con más justicia e igualdad, sin impunidad ni corrupción. Y se puede dialogar e incluso debatir sobre cuáles serían las mejores estrategias para lograrlo, pero siempre sin perder de vista que esos son los temas importantes que deberían dominar la discusión pública, que son los grandes temas que deberían regir la agenda social y política, pero tristemente no es así.

Los partidos políticos y grupos élites tienen su propia agenda, completamente centrada en conseguir el poder y riquezas, y si ya lo tienen, en conservarlo, haciendo de ello su misión central.

Un gran problema de fondo en esta situación, es que estás posiciones son adoptadas como propias por muchísima gente. Tornándose a un reduccionismo que lleva incluso a reducir todo, por ejemplo, a estar a favor o en contra del presidente, sin puntos medios. Lo cual, en la generalidad, es un razonamiento estéril que solo nos confronta.

En lugar de debatir sobre la solución a los grandes problemas, gran parte de la ciudadanía entra en esta absurda dinámica del intercambio de descalificaciones, peleando para ver quién es peor.

Perdemos de vista que, el ideal de una democracia desarrollada, es estar conformada principalmente por el segmento de “los moderados”, es decir, personas que no se identifican como de izquierda o de derecha, sino como librepensadores que, como su nombre lo dice, moderan a los extremos.

En una democracia desarrollada, este grupo de “moderados”, obliga a los actores políticos a llevar el debate a lo verdaderamente trascendente, y promueve así el debate público en un marco constructivo y propositivo.

GOTITAS DE AGUA:

 

En la democracia, la política es nuestra, de los ciudadanos, nos pertenece, pues en ella se define una gran parte de la vida del país, y participar en ella en cualquier de sus formas no solo es necesario, sino que es indispensable.

Menos poder para los políticos, más empoderamiento a la ciudadanía. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/sobre-el-camino/.

 

Benjamín Bojórquez Olea

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