Otis puso en la picota a López Obrador

El huracán OTIS, de categoría cinco, que arrasó al puerto de Acapulco ha logrado en pocos días lo que los mexicanos que no estamos de acuerdo con el gobierno de confrontaciones y descalificaciones de Andrés Manuel, no hicimos en los cinco años de gobierno o desgobierno.

La popularidad se le cae a pedazos y lo veremos muy claro en los siguientes meses que anteceden a las elecciones.

Muy enojada la gente en Acapulco.

Esperaban ver a Andrés Manuel encabezando las brigadas de auxilio y partirse la madre ayudando a los desamparados, llevándoles un mensaje de solidaridad y apoyo por las contingencias.

Nada mi señor, sigue terco peleándose con todo mundo desde su mañanera y el pueblo de Acapulco muriendo de sed y hambre.

Este no es Andrés Manuel, más bien parece una caricatura del luchador social que conocimos hace bastantes años.

Su delirio es pelear con los supuestos conservadores.

Todo aquél que no le rinde pleitesía es un enemigo mortal de su gobierno.

Mostró su cobardía cuando cerró las puertas de Palacio Nacional a Xóchitl Gálvez que obtuvo una orden de un Juez para su derecho de réplica.

A puerta y lodo se encierra cuando tiene miedo.

Otis lo puso en la picota. La supuesta foto donde aparece en un vehículo del ejercito atascado hasta el eje y sacando la carilla como perro oteando el viento, mientras que otros empujan para desatascarlo, nos muestra a un presidente inútil y jamás apareció abrazando a las familias desamparadas del destruido puerto.

Todos los presidentes se desgastan al final de su sexenio y éste parecía Indestructible.

El huracán Otis le ha pegado en la línea de flotación.

Su barco da señales de querer ladearse y el agua le entra por todas partes y hasta es posible que se hunda por esta causa.

Pesimamente manejado su accionar.

De todas partes de Acapulco le llueven mentadas de madre al presidente y a su gabinete de emergencias.

Ni el ejército se salva.

Nadie paró los saqueos y las imágenes recorrieron el mundo entero.

Los errores se pagan y el Otis le causará gran costo al que habita Palacio Nacional encarnando a Benito Juárez.

Andrés Manuel dedica su tiempo al renglón electoral.

No quiere sorpresas venidas de la oposición y trata de hundir a sus enemigos políticos de cualquier manera a su alcance.

Los supuestos adversarios que menciona en las mañaneras se han hecho presentes y le ofrecen su respaldo al presidente para que afronte el desastre.

Pero es tan necio, que no capitaliza esas posiciones de los mexicanos para ponerse al frente de la reconstrucción del puerto de Acapulco.

Sería formidable que invitara a todas las corrientes de opinión y juntos recorrieran los lugares donde la gente se quedó sin techo y sin sus enseres más indispensables.

Se lo ofrecen y nada dice.

Muestra incapacidad para extender su mano y sellar un pacto de reconciliación que una indisolublemente al pueblo de México.

Veremos lo que sucede en los siguientes meses.

Los que miden la popularidad del presidente nos dirán si bajó o se mantuvo en el sitio

de privilegio que ha gozado desde el 2018.

Desde Acapulco le mientan la madre y a su gabinete también.

Hasta mañana.

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J. Humberto Cossío R.

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