Acaba de darse otra orden perversa y asesina de Rubén Rocha Moya: ocultar los casos de covid.
No aprenden ni quieren aprender, por la simple y sencilla razón de que al gobierno lo único que le preocupa es cuidar su imagen y evitar una percepción social negativa.
Por eso se giró la instrucción de que nadie en los hospitales públicos hable de los muertos y los enfermos por este virus, que ataca con una nueva variante.
Ocultarle al pueblo la verdad, para simular que vamos muy bien.
Una irresponsabilidad criminal, el impedir que conozcamos que la situación se agravó.
Eso de que es mejor prevenir que lamentar no aplica porque el gobernador tiene la cabeza llena de excremento.
Es un genocida que no se cansa de matar inocentes.
Lo de lamentar se lo dejan a las familias que sufrirán la pérdida de un ser querido, porque el gobierno presumirá hasta cansarse que hace siempre lo mejor de lo mejor.
Recordemos cuando, al principio de la pandemia, el presidente de la república nos dijo que el covid no era un virus mortal.
Que saliéramos a las calles y nos abrazáramos porque ningún peligro corríamos más allá de padecer una gripa que se curaría rápidamente.
Bastaba usar estampitas milagrosas, y no ser corruptos.
Un millón de mexicanos muertos por este virus, con los otros datos del gobierno para negar tan grave tragedia.
Hoy vamos otra vez por donde mismo.
Un gobierno que sigue mintiendo y matando.
Mientras nos pintan un Sinaloa de maravilla con un pueblo feliz, feliz, feliz.
Rubén Rocha asesino, cruel e inhumano.
Cuidarnos nosotros mismos, es lo que nos queda.
Usar cubrebocas cuando salimos de casa, para prevenir contagios.
Las medidas de higiene que ya conocemos, de usar gel y lavarnos continuamente las manos.
Ignoramos con certeza qué tan grave es la nueva cepa, y por eso mismo es mejor tener cuidado en lugar de hacer como que no pasa nada.
Los peligros están ahí, y ya hay víctimas.
Corra la voz, por nuestro bien y por el de nuestras familias.
LOS ABRAZOS SIGUEN COBRANDO VIDAS INOCNTES
Los abrazos a los criminales continuarán hasta que saquemos a los morenistas del gobierno.
Muchos de los balazos cobran vidas inocentes, como sucedió ayer en un hospital de Culiacán.
El crimen organizado es el que manda, porque financió al presidente de la república y al gobernador de Sinaloa.
No se persigue a los malos, y hacen lo que se les pega la gana.
Biban el kakas y el kakitas.
Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/altoparlante/.