Operación avestruz por desaparecidos en Mazatlán

Impresionante para muchos que transitaron después de las 3 de la tarde por el parador de las letras de Mazatlán lo fue el número de familias exigiendo la aparición de sus seres queridos reportados oficialmente como desaparecidos.

Muchos que transitamos por esa área nos sorprendimos que no son pocos sino bastantes, o sea un chingo, pero un «chingamadral», dijeran en mi barrio, pero es la palabra que cabe para cuantificar el número de jóvenes que están siendo buscados afanosamente por sus familias. Y vaya que nos quedamos con el ojo cuadrado porque personalmente notamos que son más los muchachos perdidos de lo que la gente piensa.

La alta cifra es para dar escalofrío, y también para emputar al más templado, sobre todo cuando se repara en el gran daño moral y sicológico que están causando unos cuantos desde su movilidad delictuosa, de manera libre, abierta y con toda impunidad, para atentar contra la sociedad, y sí, así es, cuando ellos quieren y a la hora que quieren y no les importa ir contra quien sea, sin que ya no sea sorpresa que nos digan que su blindaje de protección provenga desde las altos círculos políticos y del gobierno.

Dicen los expertos internacionales en seguridad que no hay forma de crimen organizado que no nazca, crezca y se fortalezca sin el acompañamiento de la protección institucional.

Por eso es muy fácil encontrar explicación a la conducta apática de las autoridades ante este tipo de movilizaciones sociales donde la exigencia es la pronta aparición de familiares perdidos, que más bien fueron arrancados a la fuerza de sus bases familiares.

Ayer, para no variar, nuestra flamante alcaldesa, Doña Estrella Palacios, puso pies en polvorosa, porque sabiendo con anticipación la celebración de esta numerosa marcha se mando elaborar un plan de fuga en la forma de una gira por la zona rural. En campaña prometió ser punta de lanza en todas las causas sociales. Ahora, empotrada en el poder, a estos ciudadanos ni los quiso ver ni oír. Aplicó la operación avestruz.

Es más, desde el Palacio municipal dejaron correr el borrego de que la marcha se iba a cancelar, “quesque” ya había aparecido un profesor

Por lo que se ve en  esta instancia de gobierno y ni se diga de las estatales y federales lo mejor es que los desaparecidos sigan desaparecidos, que en sus agendas cotidianas estos “espinosos temas” no existan, sin temor de asegurar por esta cruz, desde el graderío, que estos temas ni siquiera son presentados para evaluación y discusión en las mentadas reuniones de las Mesas de Seguridad y dizque Construcción de la paz que todos los días sostienen a puerta cerrada las autoridades municipales, estatales, federales, militares y navales.

A estas alturas del partido, ante tantos y tantos muchachos desaparecidos, para la mayoría de la gente ya debe existir la percepción que estos encuentros de la autoridad solo sirven  para tomar el café mañanero y perder el tiempo en temas de seguridad ocurridos pero en otras partes del estado o del país.

¿Cuáles cambios favorables para la gente se han notado en el ambiente desde todo ese tiempo que se han estado reuniendo?

¡Ninguno!

La cosa va de mal en peor.

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Rodrigo de Triana

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