Como apunté aquí en otras ocasiones, quien fue uno de los verdaderos artífices, junto con el rey emérito Juan Carlos I de la democracia española: Adolfo Suárez. Este gran líder español decía que el poder se empieza a perder en el momento en el que se da una orden y ésta no se cumple. Es verdad que, en la condición humana, esperar a ver la capacidad de daño que tienen para infligirnos, lo es todo.
Cuando nos preguntan si nos parece bien algo inmediatamente nuestro cerebro actúa basándose en dos primicias. La primera, la guiada por el interés o por la curiosidad de actuar sobre lo cuestionado. Y, la segunda, es la que se rige por la convicción de estar actuando conscientemente y defendiendo lo que uno cree.
Hoy en México nos encontramos en una clara disyuntiva en la que no sabemos ni qué creemos ni mucho menos, y que es peor, qué es lo que verdaderamente queremos. O tal vez lo de nosotros sí lo sepamos, pero una cosa es saberlo y otra muy diferente es actuar para conseguirlo.
Actualmente estamos en medio de una situación en la que lo que está sucediendo en contra de la democracia es mucho más importante y grave que una simple cita electoral. Puede haber un cambio en el poder, aunque, tal y como se ha planteado las cosas, estamos enfrentados a un cambio trascendental de nuestra Constitución y de nuestro ordenamiento jurídico. No nos podemos equivocar. Desde pequeño aprendí que es muy duro y difícil tener al Estado enfrentado con uno, pero que es peor vivir sin la existencia de un Estado. Para construir las bases y la estructura que regirá nuestro futuro, necesitamos un elemento clave y que es la fundamental para la esperanza de los pueblos: la educación.
En México hay millones de niños deambulando por las calles y que no han tenido la oportunidad de regresar a los salones de clases. Lo más triste de todo esto es que probablemente esos jóvenes no vuelvan a pisar un aula educativa. El crimen contra el sistema educativo es algo que nos mancha e involucra a todos.
Una de las constantes del presente gobierno es la facilidad con la que se articula el absurdo, bajo el amparo de esa regla de oro que señala y describe que en nuestro país “no pasa nada”. Ya no hay lugar a la sorpresa cuando a lo largo de este sexenio se ha manejado una estrategia de comunicación que sería muy cómica, si no fuera parte de las respuestas oficiales de un gobierno que asumió la titánica labor de configurar una realidad basada en la “opacidad y la mentira”.
Nadie puede darse por sorprendido o sorprendida cuando el inquilino del Palacio Nacional, enfrascado en su reyerta en contra de los medios de comunicación que no son afines a su “proyecto”, pasó de la incendiaria diatriba a regalarle una sonrisa y carcajada abierta a una sociedad que no encuentra motivos para reírse de la cantidad de homicidios que fracturan diariamente su vida sin mencionar las desapariciones, feminicidios, los secuestros. El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro.
Hoy existen interesantes investigaciones. Científicos alemanes y daneses han identificado que la maldad humana tiene un origen común.
Es menester destacar que la investigación se realizó con un Universo de 2,500 encuestados y sintetiza que existen nueve manifestaciones comunes de los rasgos oscuros y que subyacen dentro del “núcleo oscuro de la personalidad”.
GOTITAS DE AGUA:
El egoísmo, el “maquiavelismo”, la desconexión moral, el narcisismo, el derecho psicológico, la psicopatía, el sadismo, el interés propio y el rencor son los nueve rasgos oscuros de la personalidad. Afirma Zettler, uno de los investigadores: el conocimiento de este “núcleo oscuro” puede jugar un papel importante para los investigadores o terapeutas que trabajan con personas con rasgos específicos de personalidad oscura.
Nos hemos perdido en esa dicotomía existencialista del Ser. Y en muchos aspectos, aún seguimos sin un rumbo adecuado.
Hoy, necesitamos encontrar lucidez mental y sinceridad de corazón para determinar que la Evolución que se requiere impulsar, es la “Revolución de las conciencias”. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/sobre-el-camino/.