Nunca nevará en Culiacán y tampoco pescarán pargos en la Ciudad de México

Lo escribo, pero no lo aseguro.

No me visualizo pidiendo permiso a mi presidente para tirar el anzuelo desde el balcón de Palacio Nacional.

Tampoco observando a las maquinas limpiadoras de nieve trabajando duro a lo largo y ancho de la avenida Álvaro Obregón de Culiacán.

No me hagan caso, en tiempos de la cuarta transformación todo puede suceder y basta que se decrete por Andrés Manuel.

Quién iba a pensar, que estamos tan cerca de que una modosita con cara de limón exprimido, en el 2024 nos diga que si protesta el cargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

Lo dispuso y puede que lo logre, el moderno Carlos Salinas de Gortari, que nos llegó del sureste, para hacernos la vida de cuadritos a más de cien millones de chúntaros que lo dejamos llegar a la cúspide del poder.

Nunca le perdonaré ese desaguisado a Enrique Peña Nieto.

Que hubiera robado, no importa.

Pero dejarnos el pegoste, que piensa que es la reencarnación de Benito Juárez o de Lázaro Cárdenas del Río, es inconcebible e imperdonable.

Las precampañas comienzan en noviembre.

Veré a mi querida gordita, pedaleando su bicicleta y pidiendo en forma directa el voto de los ciudadanos.

Joaquín López Doriga, Pepe Cárdenas y Ciro Gómez Leyva se desesperan por no verla recorriendo el País a la manera de Claudia Sheinbaum.

Nada que ver con los recursos de una y otra.

Xóchitl Gálvez tendrá que optimizar sus recursos financieros y Claudia puede exhibir el derroche que le permiten los fondos de su patrón, o mejor dicho, los dineros nuestros que se encuentran en las manos honestas de Andrés Manuel.

La lana es la lana y los pargos y la nieve son otra cosa.

Uno de mis médicos de cabecera es chairo.

En su bata de trabajo lleva estampitas de Andrés Manuel.

En su consultorio le tiene un altar al dueño del rancho de la chingada.

No tengo duda que votará por Claudia.

Es su sufragio y es dueño de votar por quién le dé su regalada gana.

En lo particular, y en lo general, tal y como dicen los legisladores, mi voto será para Xóchitl Gálvez y los hago partícipes de ello.

Les pido que reflexionen e impidamos que por decreto presidencial nieve en Culiacán en agosto.

No permitamos la infamia del que piensa que es dueño de vidas y haciendas.

Votemos por Xóchitl.

Hasta mañana

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J. Humberto Cossío R.

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