Por estarnos cuidando de la llegada de huracanes, tormentas tropicales y otra caídas de agua, dejamos a un lado el romanticismo de antaño y nos preocupamos en primer lugar si habrá o no suspensiones de clases, tener a la mano lámparas de baterías, impermeable sin agujeros y sombrilla para salir a la calle.
Todo es consecuencia del cambio climático y hasta podemos seguir al presidente y aferrarnos de que los culpables son los conservadores y neoliberales.
Una mancha más al tigre no cambia nada.
Con los aguaceros nocturnos, ya no se ven gatos maullando a la luna en los tejados, apenas pueden los pobres felinos resguardarse para no ser víctimas de resfriados o pulmonías que les quiten la vida.
Serenatas de octubre.
¿Las hay todavía?
No las escucho en mi barriada.
La razón es muy sencilla, vivimos gente de la tercera edad para arriba y no hay pollas que perseguir.
Es muy hermosa la luna de octubre.
Estaré checando el firmamento y de paso sabré si todavía siento ñañaras al contemplarla o se me ruedan lagrimas al dar negativo.
“De la luna, la de octubre es más hermosa, porque en ella se demuestra la quietud”.
Letra de una hermosa canción que en mis tiempos se escuchaba mucho y nos llenaba de romanticismo.
Los narco corridos y las narco pedas es lo que vivimos. Para amenizar las pachangas aparecen los pavorosos fusiles y balacean los cielos.
La luna de octubre tiene que esconderse.
Le zacatea a los plomazos.
Ni los murciélagos se animan a surcar los vientos de la noche.
Se aguantan el hambre los fines de semana.
¿El lobo que vive en Palacio Nacional se asomará al balcón
y le aullará a la luna de octubre?
¿Con sus achaques, todavía pensará en comerse a caperucita?
Nuestro presidente nos tiene embobados, con, o sin luna de octubre. Casi cuatro años de mañaneras y desmañanados que asisten a escuchar al gurú.
En Sinaloa, cinco funcionarios de la Secretaría de Educación y Cultura tendrán mucho tiempo para contemplar las estrellas y la luna.
Graciela Domínguez Nava, “atendió la sugerencia” sin derecho a preguntar y cesó a Eduardo Ochoa Villegas, Roberto E. Xantos López Macias, José Cipriano, Jaime Quiñonez Muñoz y Valentín Soto Gallardo.
Por lo pronto, seguirá en su puesto Graciela.
Con la luna de octubre se encuentra en remojo el Presidente Municipal de Mazatlán, al que, manejar dinero ajeno, le causa malestares estomacales que requieren hospitalización urgente.
“Luna que te pierdes, entre las tinieblas, de mi soledad”.
Tres puntualizaciones del Gobernador:
La primera, que los cintarazos a la Secretaría de Educación fueron directamente salidos de su mano.
Segunda, que ya no será obligatorio el cubre bocas en los lugares públicos y la tercera que nos trató bien el huracán Orlene en Rosario y Escuinapa.
Hasta mañana.
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