Una sola respuesta puede haber ante tanto desmadre que vemos con gobernantes que hacen lo que se les pega la gana burlándose con enorme descaro de nuestras leyes y del pueblo.
No tenemos que ponernos al borde del derrame cerebral para encontrar la razón por la que algunos se pitorrean a cada rato del gobernador y de quienes supuestamente mandan y deciden en las áreas de su competencia.
Tantos valemadrismos de alcaldes y otros funcionarios que imponen sus ocurrencias y sus caprichos son consecuencia de lo que todo mundo sabemos pero que sin éxito se intenta ocultar o cuando menos minimizar: en Sinaloa, los que realmente mandan son los narcos, que operaron la elección.
Tenemos gobernantes municipales soberbios que se sienten al nivel del gobernador Rubén Rocha Moya, porque tienen los mismos patrones.
Para mi examigo el gobernador, una asesoría que no causa honorarios: a la sorda porque bien sabe que al mitotero todo se le pone, debe contactar a su amos del narco y rogarles que le permitan ser el que gobierna, el que manda y el que decida.
Que les jalen las orejas a los otros morenistas que se creen amos y señores del universo.
Por irónico que pueda parecer, que Rubén Rocha le pida a sus cuates del narcotráfico que hagan respetar la constitución y las jerarquías institucionales.
Porque para seguir haciendo ridículos hace buen rato excedió el rango de lo se puede tolerar y aceptar.
ES PLEITO PERDIDO
Confiesa quien esto escribe la duda de si el alcalde de Culiacán Jesús Estrada Ferreiro no tiene asesores confiables o si como ya saben quién solamente su opinión es la que le vale y le importa.
Me resulta inconcebible su masoquismo de agregar enemigos con decisiones que en tiempos tan difíciles como los que vivimos afectan a los culiacanenses donde más duele, que es el bolsillo.
Debo reiterar que carecen de razón algunas de las acusaciones y represalias asumidas contra el presidente municipal, sobre todo las de diputados locales a quienes les encanta simular que defienden al pueblo y no les importa afectar de manera indebida a los gobiernos municipales.
Independientemente de los enemigos de mala fe, Estrada Ferreiro debe ubicarse y advertir que toda la cuarta transformación va de picada, quizás no tan rápido como debiera pero cayendo de manera muy sostenida.
Cobrar lo que antes no se cobraba y eliminar por puro capricho descuentos en impuestos y servicios que están en la ley no es un pleito que pueda ganar, ni legal ni moralmente.
PUEBLO POBRE, GOBIERNO RICO
Durísimos madrazos al hipócrita más grande que hemos tenido en la presidencia de la república.
En su gira del fin de semana, al presidente se le preguntó de qué vive su hijo rico, José Ramón, y el cobarde contestó con un “a ustedes los manda Enrique Peña” y “no voy a caer en ninguna provocación”. No puede haber pueblo pobre con gobierno rico, nos ha dicho a cada rato el pinocho.