Nacional Monte de Piedad, o si usted gusta la salvación de los jodidos

“La definiríamos como una institución con operaciones de empeño sobre prendas a un plazo de seis meses, con créditos moderados y una limosna de monto voluntario para salvar las almas del purgatorio”

Fundada en el año de 1775 por Don Pedro Romero de Terrero que era un hombre prominente y con mucho oro a su disposición.

Fue autorizado su funcionamiento por cédula real de Aranjuez del 2 de junio de 1774 y expedida por el Rey de España Carlos lll.

“El sacro y Real Monte de Piedad de Animas”.

Institución de sentido social y que ha tenido tres sitios desde su fundación en la ciudad de México.

De 1775 a 1821 en la calle de San Idelfonso No 60, luego en un convento de monjas franciscanas de 1821 a 1836.

En ese año se adquirieron dos fincas marcadas con los números 7 y 8 de la calle del empedradillo que pertenecieron a Hernán Cortez.

Su primer cliente fue Juan Carabantes que empeñó un aderezo de diamantes y recibió 40 pesos oro. Lo rescató en el mes de agosto de ese año de su fundación y dejó como aportación voluntaria 8 reales para las animas del purgatorio.

Su origen es una mezcla de misticismo y asistencia social al necesitado.

Miles de millones han pasado por la institución para dejar en empeño sus prendas y muchos de ellos jamás las rescatan.

Hay un contraste muy marcado con las casas de empeño particulares, que generalmente se encuentran en manos de la delincuencia organizada y cobran exorbitantes intereses. Cuentan con equipo de cobranza armados hasta los dientes y sin recurrir a Juzgados.

Te sueltan la lana, y si dejas de pagar dos o tres abonos, simplemente llegan a tu domicilio y te desalojan si es lo que responde, o se llevan tu carro que es la prenda que pusiste al frente.

Hay prestamistas que están coludidos con funcionarios de los distintos niveles de gobierno y del cheque del sueldo del burócrata salen los abonos e intereses.

Negocio redondo y claro que hay moches.

En la ciudad de Culiacán se instalaron oficinas de cobranza sin el concurso de Abogados y sus códigos eran potentes armas.

Llegaban a la casa del deudor y mantenían secuestrados a la esposa e hijos en espera que llegara el señor de la casa.

Le daban diez o quince días para pagar y le advertían que no tratará de pelarse de la ciudad con la familia, ya que estaría permanentemente vigilado y las consecuencias podrían ser la perdida de la vida propia y de sus seres queridos.

Antes de los tres días liquidaban la cuenta.

Los cobradores llevaban un jugoso por ciento de lo recuperado y todo mundo feliz y contento sin recurrir a engorrosos tribunales.

Ese sistema de prestamos y cobros al parecer todavía existen.

Bendita institución de nacional Monte de Piedad.

Salvación de los pobres y banco de los pudientes con deudas.

“Limosna de monto voluntario para salvar las animas del purgatorio”

Que belleza de intención de Don Pedro Romero de Terreros.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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