El Estado de México es, electoralmente, la joya de la corona. Es un bocado sumamente codiciado por Morena. Y hará todo, absolutamente todo, para capturarlo. Son más de 12 millones de votos, más del 13 por ciento del padrón electoral del país. Como objetivo en una guerra electoral es, ni más ni menos, “el corazón electoral de Morena”.
Hay una vieja teoría sobre la disputa del poder en el mundo, que dice que quien captura el corazón, domina el mundo. Para los efectos del control del poder en el país, ese es el corazón. Más que la Ciudad de México. Pero, además esa entidad entraña un enorme simbolismo. Es la cuna del grupo político más influyente en la vida del PRI. Ahora mismo es el abanderado del tricolor dentro de los contados gobiernos que no tiene Morena. Y la cita será en junio de 2023.
Hoy gobierna Alfredo del Mazo Maza, quizá el último de la dinastía que ha ostentado el poder ahí. Pero también es cabeza de un poderosísimo grupo donde se amalgaman políticos, empresarios, el clero y hombres de capital de sectores estratégicos en la República.
Morena tiene perfectamente claro ese peso. Y va tras él. Sabe que dominando ese punto geográfico tendrá un fenomenal cimiento para el próximo sexenio. Y de ahí puede pensar en años por delante. No es sueño, es realismo puro.
Aspiran a gobernarlo 67 morenistas, esos se inscribieron. Pero la lista hoy se reduce a tres. Curioso: los tres fueron presidentes municipales de Texcoco.
Los encabeza Delfina Gómez, hoy titular de la SEP. Pero están también el senador Higinio Martínez y Horacio Duarte, éste un hombre de enorme experiencia política y administrativa, hoy responsable de las Aduanas de todo el país.
Siendo objetivos, realistas, la mesa está servida para el partido de López Obrador. Sólo hay que esperar eso que a algunos nos parece que sintetiza la política: el arte de combinar hombres, circunstancias y decisiones. Ese es el proceso que viene.
No es previsible que el gobernador Del Mazo decida enfrentarse a la maquinaria federal, por una razón lógica y humana para él: está en juego su futuro, su tranquilidad, sus intereses económicos y, lo más importante, los capitales de todo ese poderoso núcleo que está detrás de él. Ese es el punto. Pondrán en la balanza: el sano futuro de sus negocios, o la conquista de un poder acotado, aislado.
En ese estado, donde el poder lo posee un núcleo de hombres de negocios enormemente influyentes, ellos piensan en sus intereses, no en disputas por el poder político. No miran como adversario al presidente y todo lo que ahora representa. Y, desde luego: no pensarán en poner en riesgo la cercanía que tienen con él, la marcha de sus inversiones y concesiones y la tranquilidad de sus capitales.
Baste mencionar que entre los capitostes figuran personajes tan relevantes como el mismo Enrique Peña Nieto, Carlos Hank Rohn, Arturo Montiel, Luis Armando Hinojosa, Raúl Salinas de Gortari y otros más. Estos individuos podrán pelear con todos…. menos con su dinero.
Empujar a pelear al gobernador Del Mazo, es obvio que resultaría una insensatez. No tanto para ellos como para él. Y él, desde luego, mira primero por su pellejo y luego por sus alianzas. No olvidar que tiene un expediente abierto de una cuantiosa fortuna personal en Andorra.
Visto está que otros gobernadores del PRI en el pasado reciente han demostrado, con lógica de supervivencia, no ser afectos a comer lumbre. Así, Alejandro Murat, en Oaxaca; Omar Fayad en Hidalgo; Quirino Ordaz en mi querido Sinaloa, y Claudia Pavlovich en Sonora, cantaron la palinodia y no opusieron la menor resistencia para dejar el poder. Simularon una contienda de utilería, pero tras bambalinas tenían un pacto para salir por la escalerilla de emergencia. La tranquilidad, ante todo. Y luego el premio a la traición.
GOTITAS DE AGUA:
Allá arriba, en los partidos de oposición a Morena, se seguirán viendo escenas teatrales y visiones jaladas de los pelos como las que protagoniza a gritos y desfiguros Alito Moreno, con su larguísima cola delictiva que, no es remoto que busque acomodar en el incómodo y reducido espacio de una mazmorra.
¿Los empresarios del Estado de México lo habrán de mirar como saludable aliado?, ¿les pondrían a sus servicios algunos millones como su divino salvador?, ¿meterán las manos al fuego por el dirigente panista o el jovenzuelo urbano Ricardo Anaya?
Ellos tienen la brújula bien orientada hacia donde sale el sol. Igual que los estadounidenses: no tienen amigos, tienen intereses. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos el Lunes”…
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