Es increíble la manera en que se transforma nuestro espíritu cuando la noche del 24 se acerca. Nuestra vista se eleva hasta la noche vieja y los primeros segundos de un año del que anhelamos nos traiga mucha felicidad personal, para la familia, los amigos, las amigas y a todos los que nos rodean en la sociedad en que vivimos.
Feliz año nuevo.
Paz y prosperidad son las sacramentales palabras que escuchamos al darnos el fraternal abrazo con nuestros seres queridos.
Luego vienen los torrentes de abrazos de las amistades y conocidos que se cruzan en nuestro camino.
La noche del 24 me emociona.
Llega la hora de la cena. El pavo que se encuentra en el horno es sacado para cortar y servir, rociado de un exquisito greyvi y con abundante pure de papa confeccionado en casa, sopa fría, las tradicionales verduras cocidas y desde luego que el postre de la casa.
Hay quién pide vinos de mesa y la mayoría gusta acompañar la cena con refrescos de diferentes sabores.
Nuestro árbol navideño luce hermoso y nos da la sensación navideña que durante muchos meses esperamos.
La platica es generalizada y entre bocado y bocado, nos reímos con los recuerdos que se narran y las notas que hayan acontecido en las horas previas a la reunión.
Se le da gracias a Dios nuestro señor por su bondad y le pedimos nos proteja y mantenga unidos.
A veces, hay cosas tristes que no podemos dejar pasar en nuestra conversación, sobre todo si es por la ausencia de este mundo de alguien muy querido.
Es día de felicidad y no debemos empañarlo.
Gocemos que estamos con vida y preparemos nuestro futuro con mucho entusiasmo y sin lastimar a nadie.
Dios perdonará a los que nos ofenden.
Le pedimos perdón al señor por los agravios que hayamos causado de manera consciente o inconsciente.
La noche buena es de paz y amor.
Los deseos de excelencia se trasladan a la noche vieja y los primeros momentos del año que comienza.
No tengo quejas del 2022 y si mis amigos han pasado por penalidades le ruego al poderoso para que los cure de sus aflicciones.
Los abrazo a todos con mucho cariño y mis grandes deseos.
No hay lugar para malos propósitos en los días navideños.
Tomaré mis vacaciones y será hasta el 2023, cuando de nuevo me siente frente a la computadora, a menos que algo muy relevante suceda en el mundo en que vivimos y el entorno que tenemos.
Que todos sus deseos y caprichos se cumplan.
FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO.
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