El único cambio es el de equilibrar el poder, donde los ciudadanos debemos asumir un rol protagónico.
Cuando escucho “no hay oposición”, me surgen dos sentimientos. El primero, enojo por la apatía, el abstencionismo y el vale “madrismo” de la mayoría de los ciudadanos, que no han tomado conciencia de los que se juega hoy en nuestro país. Hoy, nos jugamos el futuro de nuestras libertades democráticas y nuestros derechos.
Y por el otro, entiendo el hartazgo hacia la clase política y los políticos de siempre, que han formado parte por décadas en lo que debería ser la transformación del país. La política sería el vehículo para mejorar las condiciones de vida y desarrollo del país. Y eso no ha sucedido. Sólo para confirmar que sí se puede estar mucho peor.
Una sociedad que clama cambio y evolución, pero también a su vez esta sociedad que se encuentra dividida, desgastada e incrédula, desempoderada, desilusionada ante un sistema que parece avanzar sin que exista una fuerza capaz de detenerla. Mientras tanto esta minoría criminal que gobierna hoy, que defiende al crimen, e instaura el pacto de impunidad, el beneplácito a los cárteles de la droga; el neopopulismo se instaura con una narrativa muy bien diseñada y estructurada con recursos cuasi ilimitados; de ahí la gran popularidad de López Obrador.
¿Qué es el neopopulismo? Es el que se encarga de destruir las libertades y derechos de los y las mexicanas.
El populismo es una ideología caracterizada por un grupo de personas sociales que no se adaptan bien a la sociedad, de la educación, los valores humanos, la ciencia, el progreso y desarrollo dentro de una sociedad que busca el bien común, el Estado de Derecho, los valores humanos, las libertades y derechos.
Magnifican y crean una narrativa que apela a la víscera, a la emotividad muy poderosa arma, que despierta el resentimiento, la división, y se aprovecha de los traumas sociales, para encantarlos como el “flautista de Hamelin”, para exacerbar la hostilidad a las élites amafiadas de la “Mafia en el Poder” y la devoción al pueblo. Según, lo que define a las élites es, además de sus privilegios, su egoísmo, su carácter corrupto y su desprecio de la gente común, mientras que lo que define al pueblo es su condición de víctima de las élites y su naturaleza virtuosa: el populismo tradicional.
Déjenme explicarles lo siguiente, todo lo que hoy se vive es derivado de una cuidadosa estrategia de manipulación en donde todos participamos de una manera activa o pasiva.
Grandes mentes como Noam Chomsky lo han demostrado en textos tan valiosos como la manipulación mediática tan brutal que vivimos, donde somos meros entes manipulados por un conjunto de medidas diseñadas desde grupos de poder, que lo que menos tienen en su cabeza es el bien común. Es decir, un México mejor.
Créanme que hay muchos activistas como yo, que todos luchamos diariamente por un México y un Sinaloa con más desarrollo, equidad, paz, igualdad, prosperidad y movilidad social, que termine con la brecha que se crea desde la visión del poder para servir a unos cuantos y no a la mayoría de los y las mexicanas.
Pero hoy ante esta crisis que enfrentamos, se nos presenta una oportunidad de oro de no ver hacia el pasado ni añorar por lo que ya quedó en el ayer. Se trata de un despertar de conciencia.
GOTITAS DE AGUA:
Dejemos la división, por los procesos de construcción, en donde la inclusión, la pluralidad y la diversidad sean los ejes rectores del nuevo México que nos merecemos.
El aprendizaje de lo vivido durante estos cuatro años de un cambio que ya no fue, de procesos dolorosos, de pérdidas de vidas humanas, de pérdidas económicas, de la incertidumbre que da la falta de liderazgos entre lo que hoy más allá de etiquetas y prejuicios, debería de ser la reflexión más importante que nos hagamos todos y todas.
Dando paso a lo que para mí es el momento que define el final de un proceso de duelo productivo: el regalo. Ese momento en el que tomamos conciencia de que, sin el acontecimiento de origen, no podríamos jamás haber generado el espacio para un escenario de nuevas oportunidades. Merecemos un México unido, que sea capaz de construir el país que merecemos. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
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