Médicos, sacerdotes y cantineros son nuestra salvación

La salud del cuerpo, la paz del alma y la alegría del espíritu es la tarea que se imponen para darnos la felicidad.

No olvides tomarte la aspirina protect por las mañanas.

Es letanía de nuestros queridos doctores.

Con la sonrisa a flor de labio, y el trago sobre la barra, nos recibe nuestro bienamado barman y la diversión comienza.

La absolución de nuestras faltas las recibimos y hacemos votos para enmendar el camino y engullir el cuerpo de cristo en forma de hostia.

El sacerdote de nuestra parroquia nos deja limpios de pecado y listos para aguantar hasta el siguiente fin de semana.

Mejores aliados no se pueden pedir.

De lunes a sábado es para la pachanga.

El domingo es familiar.

Es la vida que manejé por muchísimos años y claro que me gustó.

Un decir de la parranda:

“Buena música, buenos cueros y mejores tragos, que nunca falten, aunque nos cuesten caros”.

La vagancia y los placeres son regalo de los dioses.

La juventud es el mejor momento para gozar de esas concesiones divinas.

De ello pedimos limosna los vetarros.

Charles Chaplin nos lo recuerda con su canción.

“Llegaste a mí, cuando me voy, eres luz de abril, yo tarde gris”

Candilejas es la hermosa canción.

Qué bella es la vida.

“Lejos es de donde vengo y cercano mi destino.

Dios quiere darme reposo y diversión el chamuco.

Consejos a nadie pido, ya estoy viejo para eso, he de seguir el camino, pues tengo el cuero tan grueso, que ni descalzo me espino”.

Ecuador nos dio la muestra de la perversidad que encierra la política y de lo poderosos que son los demonios cuando los inquietas.

No te olvides querida Xóchitl que le picaste las costillas al diablo mayor y tiene todo para cobrarse la afrenta.

Queremos tu nombre en las boletas y que nos permitan votar en tu favor.

Jamás olvides a Colosio.

También era una esperanza para México.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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