Llamemos a las cosas por su nombre, y dejemos en claro que el rector Jesús Madueña Molina quiere salvar sus corrupciones, no a la UAS.
Su proyecto de reingeniería parece destinado al fracaso porque lo quiere imponer a chaleco, sin el consentimiento de los afectados.
Aún con la complicidad y traición de los dirigentes sindicales, hay derechos laborales que son intocables por mandato de la constitución.
Por ejemplo, una precisión establecida en el artículo 34 de la Ley Federal del Trabajo.
“En los convenios celebrados entre los sindicatos y los patrones que puedan afectar los derechos de los trabajadores, se observarán las normas siguientes: Regirán únicamente para el futuro, por lo que no podrán afectas las prestaciones ya devengadas”.
Pero más allá de los asegunes legales, hay una situación que resulta imposible de eludir.
Jesús Madueña pretende aplicar una reingeniería financiera sin permitir que se revise la gran cantidad de corrupciones operadas y/o solapadas desde la rectoría.
Parafraseando el dicho popular, hágase la voluntad del rector pero en las mulas de los compadres.
Imposible negar que la Universidad Autónoma de Sinaloa necesita arreglar sus problemas financieros.
Algo tiene que hacerse pronto.
Procédase en contra de la gran cantidad de aviadores, que son actos de corrupción de la autoridad.
Cuentas claras amistades largas, es lo que debemos ver.
Pero no; el napoleoncito uaseño se siente intocable, y quiere seguir impune.
Nada de revisar sus raterías; menos que se puedan exhibir y castigar.
Antes de cualquier reingeniería, el rector debe rendir cuentas de sus manejos presupuestales.
Ser transparente, de cara ante los universitarios y el pueblo de Sinaloa.
Tienen razón los trabajadores activos y los jubilados/pensionados que reclaman esa reingeniería tramposa que se quiere operar en complicidad con el gobierno.
Como señalamos en el título del Altoparlante de hoy, Madueña quiere salvar sus corrupciones, no a la UAS.
La rosalina institución está podrida por la gran cantidad de ilegalidades y abusos de poder.
Muchos millones de pesos que nadie sabe en dónde terminan, porque son cosas en las que nadie se puede meter.
El uso perverso de la autonomía, para robar con total y absoluta impunidad.
Corregir los problemas financieros de la universidad obliga a revisar lo que se gasta, cómo y por qué.
Corresponsabilidades, no autoritarismos.
CON TODO MI APRECIO PARA ADRIANA OCHOA
Mucho gusto me dio saber que Adriana Ochoa del Toro renunció como jefa de prensa de Rubén Rocha Moya.
Más vale tarde que nunca.
Ninguna necesidad tiene de continuar en ese lodazal en que se convirtió el gobierno de Sinaloa.
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