Sobre el Camino

Los políticos se creen Kratos

Dios nunca pierde. Puede ser una verdad cuestionable y discutible, es cierto, pero también se puede percibir como una realidad palpable y perceptible. Dios no es Messi ni Cristiano Ronaldo quienes, siendo dos de los mejores futbolistas del mundo, han perdido diversas batallas en las canchas.

Dios, aun “perdiendo” en algunos campos de guerra, siempre sale ganando, porque sus designios son inconmensurables, difíciles de medir y de valorar. Dios es Dios.

Hoy vemos a políticos totalmente preocupados por lograr una candidatura rumbo al 2024, destacando sus virtudes, elogiando sus cualidades, presumiendo sus trayectorias. Mi pregunta es bastante clara, ¿cuándo gobiernan? O ¿cuándo legislan?

Así los vemos tratando de “relucir” en la Cámara de Diputados, en el Senado de la República, en sus municipios y estados, sobre todo, en Sinaloa. Creen que los triunfos logrados han sido obra de sus propias capacidades. Ni ellos se la creen.

Muchos son políticos que no saben ni hablar en público, que no mueven ni conmueven, que no convencen; son personajes que no tienen ni talla ni estatura electoral. Algunos son muy limitados por naturaleza. “Lo que natura no da, Salamanca no presta”.

En los cargos públicos que ostentan en la gran mayoría de los municipios de Sinaloa apenas dan buenos resultados por dos razones fundamentales: no saben de políticas públicas, desconocen tendencias de gobierno, ignoran para qué están sentados en esa silla que el “pueblo bueno” les confirió.

También porque apenas llegan a ocupar una curul, un cargo público en algún gobierno, se la pasan pensando “en lo que viene”, en las próximas elecciones, en cómo organizar el pan y circo para obtener una mejor posición política. Ese es el verdadero problema de los servidores públicos.

Sienten que el tiempo no les alcanza. Y así se les va la vida, sin dar buenos resultados en su encomienda actual. ¿Se necesitan pruebas para corroborarlo? Creo que no.

De por sí los periodos legislativos, los presidenciales, los municipales resultan demasiado cortos para hacer algo interesante por los ciudadanos, como para andar perdiendo el tiempo en futurismos sin sentido.

Por eso se puede ver a políticos-candidatos que, en las ruedas de prensa, en sus conferencias, en las entrevistas mediáticas, no dejan de clamar que tienen el triunfo ganado, que tienen las mejores posiciones en las encuestas, que tienen todo el respaldo del electorado y, por lo tanto, tienen el triunfo asegurado.

¿Será? Los candidatos debieran ser menos optimistas, eliminar todas esas exageraciones que los caracteriza; debieran ser más serios, más responsables, más realistas, hacer menos jolgorio y entrarle más a lo real.

En el estado sinaloense se puede ver a candidatos recorrer municipios diciendo a sus electores, reales o ficticios(acarreados)“Tienen frente a ustedes a quien encabezará sus aspiraciones”“Tienen ante ustedes al líder que no les va a fallar”“Yo soy el elegido de los dioses (casi casi)”. Pura verborrea. Simple psicología inversa.

Rumbo al 2024, los candidatos debieran ser menos rimbombantes. La soberbia – y sobre todo la soberbia política– no lleva a nadie a ningún lado bueno, principalmente a los ciudadanos.

GOTITAS DE AGUA:

 

¿Realmente creen esos candidatos que van a ganar por lo que han hecho con su trayectoria política? Están perdidos en el espacio. Las audiencias cambian constantemente de humor, y lo que les pareció ayer excelente hoy pueden desecharlo sin parpadear. Hoy los pueden ver como algo sombrío y perverso.

En el espacio espiritual, los candidatos de las diferentes denominaciones políticas, sobre todo los cristianos, debieran poner todas sus aspiraciones en manos del de arriba, porque todo poder viene de Dios.

 

 

En el plano terrenal, deben aterrizar sus plataformas y campañas políticas en estrategias cimentadas, en metodologías serias, en propaganda y publicidad creíbles. En mucha ciencia y con prudencia.

Dios nunca pierde las elecciones. Con toda seguridad, no las perderá en el 2024. Siempre piensa en lo que más conviene a todos… por muy absurdo que parezca. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos el Lunes”…

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/sobre-el-camino/.

 

Benjamín Bojórquez Olea

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