Los Mochis es el paraíso de Sinaloa

No hay balaceras de Chapitos o Mayos.

Se camina muy tranquilo por todos los rumbos del pueblo.

Se pueden visitar los panteones a la hora que nuestro tiempo lo permita.

Nadie tiene temor a la oscuridad.

Hay muy buenos restaurantes.

Hay varios casinos para divertirse responsablemente.

Topolobampo es muy cercano y el Maviri nos proporciona buenas playas.

Los agentes de tránsito son amables y poco onerosos.

Hay muchos lugares para llenar su refrigerador de las bebidas de su preferencia.

Pronto comenzará la liga de beisbol más poderosa de México.

Los Cañeros de Los Mochis son muy competitivos.

El estadio es muy cómodo y funcional.

Muy hermosas sus mujeres.

Buenos hoteles familiares y también de paso.

Birria de primera calidad y recomiendo la del Poncho.

Lugares tradicionales para cafetear o desayunos y les doy el Hotel Dorado, Hotel santa Anita o el Bucanero de Arnoldo Davison.

El de mayor prosapia, por su comida internacional, es ni más ni menos que el Farallón de mi fallecido y querido compadre David Castillo.

Neuro cirujanos de los más renombrados del país como el Dr. Joel Eduardo García Pacheco.

Por cierto, es un médico muy humano y generoso con los que menos tienen.

Calles anchas y semáforos cronometrados que permiten una circulación fluida y sin tantos atorones.

Las mejores empanadas del mundo y la bebida de renombre nacional llamada ubola.

Es el Oasis del chino Marcos que en paz descanse.

Gasolineras hay un chingo y algunas son de Nemesio Artola.

Vive en Los Mochis Guadalupe Davison al que considero mi mejor amigo y casi hermano.

Nacida en Compuertas y avecindada en Los Mochis desde hace muchos años, mi gran cuñada Rosa Guerrero.

Mi suegro que cumple 100 años en noviembre y que no le paran las quijadas para masticar lo que le pongan enfrente.

Gobierna Gerardo Vargas Landeros al que considero uno de los políticos más completos de Sinaloa.

Y es mi gran amigo.

Sin olvidar que Mario Zamora es diputado federal y orgullosamente mochiteco.

Es otro de mis grandes afectos.

“Adiós mi Mochis querido, de tus contornos me alejo, si vine fue por baboso, y si vuelvo

es por pendejo”.

Eso expresó un Ingeniero, que llegó a Los Mochis a trabajar en el ingenio azucarero cuando se alejó de nuestras tierras.

Y qué creen, volvió a los Mochis y se quedó para siempre.

“Mochis, mi querido Mochis”.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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