Pórtense bien “carambiados”, nada les cuesta y en mucho benefician la imagen del gobierno de Sinaloa.
El Gobernador muy atento a lo que sucede.
Mujer o varón, no escapan del escrutinio.
Lo que no sirve, a la calle.
Es la mística que impera y no se toleran pleitos.
Los rijosos al callejón.
Los prepotentes, de nalgas por el balcón.
No le busquen, la mecha es corta y muy grande el estallido.
Hay anuncios importantes.
Cumplido el año de gobierno habrá ajustes del gabinete. Rocha Moya no se tienta el corazón para echarlos sin darles las gracias.
Que conste, advertidos están.
Tres cosas son mis pendientes:
Los garrotazos que pega Rocha Moya.
Los jonrones de Aaron Judge con Yankees y los tablazos de Albert Pujols con los cardenales de San Luis.
Muy importantes me resultan y acaparan mi atención.
Un ojo al gato y el otro al garabato.
Soy fanático del buen beisbol.
Indudablemente que de las ligas mayores.
Y también soy curioso del acontecer oficial y de esa manera divido mi tiempo y escribo sobre lo que me gusta.
Ya veremos cuantos garrotazos atiza el gobernador al cumplirse un año de su gobierno.
Nos mantendrá con la mente ocupada para saber si nuestras cábalas resultan ser acertadas.
El gobierno del Estado es montaña muy resbaladiza y con senderos muy estrechos para caminar.
Las mulas son de excelente pisada y los burros se despeñan con frecuencia.
Jamás tuve trato con Rubén Rocha Moya en su paso por la rectoría de la Universidad.
Posible que me haga falta ese conocimiento para saber el modo y forma de sus manejos.
Pero estoy aprendiendo y quizá termine siendo uno de sus seguidores.
Por si las dudas, compraré un bat del 48, para defenderme en caso necesario de sus leñazos que con puntería apache aterrizan en la nuca.
Sus funcionarios deben conocerlo y temerle.
No se encomienda a Dios para romper nombramientos, echar los pedazos al cesto de la basura y firmar los nuevos.
Cuiden las manos, se pueden quedar sin dedos.
Hasta mañana.
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