No les hablo de la reventa, se trata de los precios que la empresa asigna para el encuentro de hoy.
Estaría usted con oportunidades de atrapar una de las aves que circundan las alturas del estadio.
Supongo que los jugadores se han de ver tan chiquitos como los enanitos de Blanca Nieves.
El homenaje póstumo para Fernando Valenzuela tiene que haber sido factor que determinara esos costos.
Nadie querrá perderse el play bol de la serie de campeonato, pero no todos estarán de acuerdo de compartir sus lugares con las nocturnales aves revoloteando sobre sus cabezas.
Es mucha la emoción de presenciar una serie mundial.
Sobre todo si es de Yankees contra Dodgers.
Pero hay límites para esas ansias.
Mil dólares para gayola me resulta impagable.
Mi lugar es inmejorable.
A pocos metros de distancia de mi televisor de 48 pulgadas y con buen surtido de botanas y el mejor trago que tenga a la mano.
Repeticiones de las mejores jugadas que no se dan en el estadio.
Todo por el precio de 1200 pesos que pago mensualmente a Total Play, o bien por el canal de imagen televisora.
Que soy envidioso y ardido por no asistir al Dodger Stadium, es posible que tengan toda la razón.
No sabemos cuándo pueda repetirse este maravilloso evento beisbolero de tanta trascendencia en el mundo.
Las cadenas televisivas se forrarán de billetes con sus anunciantes según el juicioso comentario de mi yerno Ryan.
Nada se compara con Dodgers y Yankees.
Los mulos de Manhattan son el equipo de mi vida deportiva.
En 1960 lloré de rabia cuando Bill Mazeroski dejó tendidos a mis adorados Yankees con un jonrón que nadie esperaba.
Casey Stengel era el manager de los Yankees y Dany Murtaugh de los Piratas de Pittsburgh.
Aventé contra el piso mi radio de baterías que andaba estrenando.
Así fue el coraje que llenó mi mente.
Esta será la serie de muchas décadas.
Con el ingrediente de la lamentable y llorada muerte de Fernando “el Toro” Valenzuela.
Nadie olvidará estos partidos.
Los que amamos el beisbol de grandes ligas estaremos atentos de lo que suceda en el Dodger Stadium esta tarde noche.
Fernando Valenzuela estará presente.
Yo lo acompañaré espiritualmente y le rendiré homenaje desde lo más profundo de mi corazón.
Llevo el beisbol en mis venas.
Gocé y sufrí cada juego que lanzaba Fernando.
Jamás lo olvidaré.
Pero soy Yankee a morir.
Hasta mañana.
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