Las etnias clericales

La pederastia clerical es un crimen, acto de abuso y profanación del cuerpo de un menor para satisfacer las patologías de clérigos malsanos. Es el abuso del religioso que deforma su investidura simbólica. Es un atropello de un adulto que deja secuelas imborrables en el cuerpo y alma de las víctimas.

Mientras las revelaciones del Boston Globe sobre la pederastia clerical impactaban la opinión pública estadounidense. ¿La Iglesia estaba por encima de las leyes? ¿Los abusos eran atendidos solo ante las reglas eclesiásticas?

En poco más de 20 años, las cosas han cambiado radicalmente. Los casos y denuncias de abuso sexual se incrementaron en México, y por fortuna en algunos casos hay sanciones. El Papa Francisco lamenta los abusos de la siguiente manera: “Con vergüenza y arrepentimiento, como comunidad eclesial, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando en tantas vidas. Hemos descuidado y abandonado a los pequeños”.

Sin embargo, en México prevalece la impunidad y complicidad de las autoridades religiosas y civiles para ejecutar y acatar la ley. Por ello, las organizaciones Bishop Accountability y Spes Viva instaron a las autoridades civiles y al Papa Francisco a investigar el encubrimiento de numerosos obispos mexicanos y entregar a los depredadores sagrados a la justicia y expulsar aquellos jerarcas católicos cómplices.

En México los obispos, arzobispos y superiores de congregaciones religiosas que encubren a sacerdotes pederastas se mantienen en el poder impunemente. Recordemos que la pederastia clerical es, ante todo, un crimen. El depredador sagrado quebranta la confianza que la sociedad deposita en su representación social.

La pederastia clerical está penada por las leyes civiles, sancionada por el derecho canónico de la Iglesia y, además, es un grave pecado, pues transgrede el sexto mandamiento. Lamentablemente también la misma Iglesia, al encubrir a sus pederastas, quebranta otros mandamientos de las bienaventuranzas, como el noveno, relacionado con mentir y ofrecer falsos testimonios.

Al transgredir las leyes, los obispos y estructuras eclesiásticas se convierten en entes criminales. La Iglesia a escala global ha sufrido el desprestigio de decenas de miles de testimonios y acusaciones, en casi todos los países de presencia católica, que han afectado su credibilidad y su misión.

Los obispos, arzobispos y clérigos encubridores, en México, han sido desnudados por las organizaciones Spes Viva y Bishop Accountability.

Spes Viva fue fundada por la empresaria y activista regiomontana Cristina Sada, es una organización que confronta la pederastia y el abuso sexual infantil, brindando apoyo psicológico y asesoramiento legal.

Bishop Accountability es un potente acervo y archivo en internet que aborda los abusos del clero católico. Proporciona base de datos de clérigos acusados, como los casos de cuatro mil 400 obispos, sacerdotes y religiosos en Estados Unidos. Su alcance y archivos, llegan al Vaticano, Argentina, Chile, Irlanda y ahora México.

GOTITAS DE AGUA:

 

En conferencia de prensa, el jueves 27 de julio, Anne Barret Doyle, codirectora de Bishop Accountability, presentó el resultado de una larga investigación en la que se menciona los nombres de cardenales, arzobispos, obispos y superiores religiosos que en México han encubierto los abusos sexuales de sacerdotes.

Estos depredadores sagrados y sus encubridores contradicen los grandes principios del Evangelio y contravienen los fundamentos morales y éticos que la Iglesia transmite a la sociedad. Asimismo, la pederastia clerical desvirtúa la respetabilidad de la Iglesia. En suma, el pederasta es la antítesis del corpus y la identidad del mensaje de Jesús de Nazaret“Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/sobre-el-camino/.

 

Benjamín Bojórquez Olea

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